Dejar de ver la vida como pensaba que era lleva sus dificultades y a mi por lo menos me cuesta adaptarme.
Doy pasos adelante y luego paro un tiempo para poder seguir.
En esta ocasión he retrocedido también pero creo que todo esto es parte del proceso de despertar.
Interiorizar lo aprendido, hacerlo tuyo cuesta.
Hay que soltar lo anterior, lo que pensaba que era y a veces me aferro a lo que conozco porque me da miedo dar el salto al vacío que implica el aceptar que no soy quien todos estos años he pensado que era.
Despedirme de este personaje y abrazarme a lo que no estoy segura aún de ser me cuesta.
Noto mi resistencia y a la vez siento tanto miedo que tengo la necesidad de desconectar y seguir manteniéndome en mi zona de confort.
Pero hay algo que no me deja en paz.
Algo que me lleva a retomar eso que decidí dejar aparcado y me lleva a volver a conectar con lo que supongo que tendré que terminar de aceptar que soy.
Dejar de ser la Rosa María que conozco, hacer su duelo y abrazarme a la que realmente soy es lo que mi alma me lleva tiempo pidiendo.
Se que trasformaré mi vida para siempre y que seré más feliz aún, pero aceptar que puedo hacer lo que yo quiera con mi vida lleva aparejada también la responsabilidad de acertar en las decisiones que tome porque no solo me afectarán a mi y eso me paraliza.
Y la verdad es que no debería de preocuparme por ello porque todo es perfecto y lo será para mí también.
Soltar mis miedos es lo que mi intuición/mi alma me dice que debo de hacer y mi ego me impide de mil maneras que lo haga.
He decidido que no puedo ya seguir así por más tiempo así que aquí estoy, hablando con vosotros, exteriorizando todo esto para de alguna manera admitir lo que me sucede y compartir lo que siento.
Consultaré con mi alma como dar el primer paso y cumplir así con lo que me está pidiendo.
Quizás seas de las personas que aún creen en las casualidades y piensas que las personas que están en tu vida lo están por suerte en el mejor de los casos o como una fatalidad que te persigue en el peor de ellos.
Si es así desconoces los motivos por los que estas personas te provocan tener esos sentimientos tan fuertes que en algunos casos pueden llevarte directamente a la gloria o al peor de los infiernos.
Es tu labor plantearte si no serán demasiadas las casualidades que crees que te suceden al repetir experiencias muy parecidas e incluso idénticas con personas que en un principio pueden parecerte muy diferentes.
Tanto si te estás haciendo preguntas como si no te voy a explicar las razones por las que alguien entra en tu vida.
Y si eres inteligente, que seguro que sí, abrirás tu mente y de esta manera dejarás de repetir patrones y de tener malas experiencias.
Verás, todos aparecemos en las vidas de los demás y los demás aparecen en la nuestra para enseñarles y enseñarnos las tres cosas más importantes que debemos aprender todos en la experiencia que estamos viviendo en este momento.
Y esas tres cosas son:
Amarnos a nosotros mismos
Amar a los demás y a todo lo que existe
A recordar lo que realmente somos
La primera es fundamental para conseguir las siguientes pues la mayoría de nosotros nos pasamos la vida buscando que nos valoren y nos amen los demás en lugar de valorarnos y amarnos a nosotros mismos.
Y en ese buscar desde el vacío de sentir que solo seremos felices si nos aman, nos lleva a vivir experiencias muy desagradables que nos hacen tener decepciones amorosas y sufrir.
En estas enseñanzas podemos encontrarnos con personas que nos enseñen desde el amor, si nos cruzamos con personas que ya han aprendido a amarse a sí mismas y que nos enseñarán a que nos amemos de manera bastante agradable o con personas que aún no lo hayan aprendido y que nos lo enseñarán desde el polo opuesto, el miedo, y que nos harán ver lo que no es amar para que aprendamos la lección viendo lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos.
Asi por ejemplo podemos dejar entrar y permanecer en nuestra vida a una persona que nos trate mal y que nos mostrará lo mal que nos tratamos a nosotros mismos permitiéndonos tener este tipo de relaciones y manteniéndolas en el tiempo.
Lo más normal es que nos encontremos con personas que tengan una frecuencia vibratoria bastante parecida a la nuestra y aunque nos cueste admitir que esa persona que nos molesta tanto tiene mucho que ver con nosotros, el universo no da ninguna puntada sin hilo y siempre nos pone delante a la persona perfecta para que aprendamos la lección.
Así que cuanto antes estemos dispuestos a aprenderla, antes pasaremos de curso y asi cuando comencemos a amarnos podremos encontrarnos con personas que nos enseñen sin que sintamos dolor.
La siguiente cosa que aprenderemos es a amar a los demás porque aunque pensamos que los amamos en la mayoría de las ocasiones las relaciones que tenemos son más relaciones de conveniencia o de dependencia que de verdadero amor.
Para amar hay que aceptar a la otra persona tal y como es y sin querer cambiarla.
Pero hay que ser muy sincero para admitir que nos cuesta mucho trabajo aceptar a los demás.
Nos pasamos mucho tiempo juzgando y criticando a los que son diferentes a nosotros y solamente amaremos a los demás cuando admitamos que cada uno venimos a esta vida con un nivel de conciencia diferente y que tratamos de conseguir lo mismo: avanzar en él.
Todos somos necesarios, asi tal y como somos, porque somos únicos e irrepetibles y todos interactuamos con todos desde nuestros propios niveles de conciencia y nos esforzamos por aprender y enseñar para mejorar y avanzar entre todos pues es nuestra función, además de disfrutar de la vida y ser felices.
Y de la misma manera que en el aprendizaje anterior, aparecerán por nuestra vida maestros que nos enseñarán desde puntos muy diferentes como amar a los demás.
Un hij@ al que le gustan las personas de su propio sexo se convierte así en un maestro perfecto para que lo aprendamos, por ejemplo.
Y cuando comenzamos a amarnos y a amar a los demás, aprendemos a la vez que somos una pequeñísima parte de un entramado muy difícil de ver y de comprender pero que abarca muchas formas de vida no solamente la nuestra.
Y en la humildad de sentirnos tan pequeños como un grano de arena y a la vez tan imprescindibles para cumplir con nuestra misión y participar activamente en algo tan impresionante, amaremos a todo lo que existe y es porque somos también una muy pequeña parte de ello como todo lo demás.
Y por último, aprenderemos la más importante de todas y en la que se resumen las tres, aceptar lo que realmente somos y que no es otra cosa que puro AMOR.
Algo que podemos ver en cada bebé que viene (vinimos) a este mundo y que el paso del tiempo y las distintas creencias que nos vienen dadas por las personas que estuvieron aquí antes de nosotros nacer, nos llevan a que olvidemos y que tengamos que recordar en esta gran aventura que todos comenzamos al nacer y que nos llevará a reconocernos y a conectar con la gran energía que somos.