¿Y después del coronavirus qué?

Que todos queremos que se acabe cuanto antes lo que estamos viviendo desde que llegó a nuestras vidas el covid 19 es normal.

El horror de ver que todo nuestro mundo se tambalea de un día para otro, nos ha llevado a que no podamos evitar la inseguridad que nos producen los grandes cambios que pueden suceder en nuestras vidas y que constantemente pretendemos apartar de nuestras mentes con la pretensión de asegurarnos de que podemos controlarlo todo y así evitar ver la posibilidad de que podemos perder a nuestra pareja, nuestro trabajo o cualquier persona o cosa que existe en nuestra vida incluyendo nuestra propia vida.

Estos días de confinamiento a mi me han servido sobre todo para darme tiempo para aceptar todo esto aún más si cabe y para asentar todas las cosas aprendidas desde que a finales de 2017 me detectaron cáncer de colon con una posterior metástasis en el hígado que me han llevado a tres intervenciones quirúrgicas y dos tratamientos de quimioterapia.

Han sido días de muchos cambios que han hecho que afloren nuestros más que ignorados temores y que nos ha enfrentado a la más dura realidad que nos gusta evitar a toda costa.

El enfrentarte a una enfermedad grave y con la muerte te llevan rápidamente a tener un cambio muy brusco en la vida. Por eso quizás no me ha afectado tanto como a la mayoría todo esto del coronavirus. Con mi enfermedad ya me enfrenté de manera individual a todas esas cosas a las que se ven abocados todos ahora.

Lo primero que aprendí fue a aceptarlo pues no podía de ninguna de las maneras librarme de ello por mucho que yo desease que aquello no estuviera en mi cuerpo y no tener que pasar por esa experiencia.

Lo segundo a que no quería vivir con miedo pues aunque yo no lo sabía de antes, ya tenía miedos que me estaban impidiendo vivir la vida que yo quería y que me estaban haciendo infeliz desde hacía muchos años.

La tercera cosa que aprendí fue que yo podía ayudar a que la situación mejorase simplemente con la manera en que yo viese y viviera aquello.

Y la cuarta fue que aunque yo no lo entendiera eso que estaba viviendo me vendría bien a mi para más adelante.

Hoy casi un año después y tras tres revisiones estoy sana y compruebo que todo lo aprendido era cierto.

Todo esto lo digo por un motivo. No soy una persona que le guste quejarse sino todo lo contrario. Cualquiera que me conoce sabe que soy muy positiva y que intento encontrarle el lado bueno a todo lo que sucede, pues la vida me ha llevado a aprender todo esto: no existe nada solamente bueno ni nada solamente malo. Todo lo que sucede tiene de las dos cosas.

Por poneros un ejemplo esta misma pandemia que estamos viviendo y que a muchas personas les llevará a la ruina por perder su trabajo o su negocio a otros les está haciendo ganar mucho dinero pues los productos que fabrican o los servicios que prestan ahora se han convertido en esenciales y han tenido que incluso contratar a personas que por estas circunstancias han podido encontrar de esta manera un empleo.

Así que no todo es lo que parece como se puede ver con este ejemplo pues las desgracias de unos pueden ser beneficiosas para otros.

Pero volviendo al tema del principio yo cada vez que oigo que todos queremos volver a la normalidad, a lo de antes, siento tristeza porque pienso que estamos desaprovechando como sociedad la gran oportunidad que nos está brindando la vida para aprender una gran lección.

Que echemos de menos lo que teníamos lo considero normal porque es a lo que estábamos acostumbrados.

No se nos pasaba por la mente que podíamos vivir de una manera diferente y más coherente con nosotros, con lo que somos, con lo que hemos olvidado que hemos venido a hacer aquí.

Reconozco que es muy fácil dejarnos caer en la «comodidad» que nos presenta el vivir en una sociedad de consumo como la que vivimos en la que nos brindan de todo a cambio de que paguemos por ello, por eso pongo las comillas a la palabra comodidad porque además de pagar dinero pagamos también con otras muchas cosas, sobre todo tiempo que no podremos recuperar y calidad de vida.

Una sociedad en la que casi todos podemos disfrutar de casi todo lo que vemos en la publicidad que nos avasalla diariamente y que nos hace creer que tenemos una vida maravillosa si tenemos todas esas cosas que necesitamos para ser felices.

Y digo casi todos porque hipócritamente ignoramos a ese porcentaje de la población que apenas tiene para comer o de los que ni siquiera tienen una casa en la que refugiarse.

Nos quedamos con la mente muy tranquila cínicamente pensando en que viven así porque son unos vagos que prefieren eso para no trabajar y seguimos con nuestras egoistas vidas sin preocuparnos de ese mendigo que vemos pidiendo y que nos muestra esa realidad que preferimos ignorar y que olvidamos en cuanto que caminamos un poco más adelante y vemos un escaparate con cosas bonitas o nos llaman por teléfono.

Esto por no hablar de la cantidad de personas que mueren diariamente de hambre y en guerras en las que como nos pillan muy lejos ni tan siquiera nos paramos a pensar.

Con nuestra forma de vida nos estamos cargando el planeta, no hace falta nada más que ver que es lo que está sucediendo en la naturaleza en estos días en los que estamos confinados. Todo se está regenerando por si solo.

Sin nuestra intervención la Tierra se sana. Con nuestro tipo de vida la Tierra se enferma.

Esto es lo que deberíamos plantearnos en estos días en los que nos vemos obligados a parar.

En todas esas horas que tenemos a nuestra disposición después de que la vida nos ha brindado la oportunidad de que nos paremos a pensar en si verdaderamente esta es la vida que queremos llevar o en si queremos vivir de una manera diferente.

De si queremos seguir en esa pseudocomodidad que nos proporciona tener casi de todo a nuestro alcance pagando por ello el esfuerzo de trabajar muchas horas y de endeudarnos para conseguirlas, o de si damos el gran cambio que nos está pidiendo el planeta y nos conectamos con la naturaleza y disfrutamos de sentirnos vivos a través de ella.

Se que desde el punto de vista de una sociedad consumista como la nuestra es difícil desconectar con ese sistema de vida y que muchas personas nunca lo harán, pero tengo el convencimiento de que parte de la sociedad si que siente que hay que hacer este cambio y que hay que hacerlo ya.

Jamás las cosas se han conseguido de un día para otro. Tampoco la sociedad en la que vivimos siempre ha sido así. Ha hecho falta más de un siglo para que se dieran los factores necesarios que nos llevarán a tener esta forma de vida que nos han proporcionado los avances científicos y tecnológicos de estos últimos años.

Pero también esos mismos avances de la ciencia y de la tecnología creados por nosotros pueden llevarnos a un tipo de vida más natural y en conexión con lo que somos. Con nuestra parte más humana, con las cosas que más valoramos y que en estos dias de confinamiento hemos deseado y echado más de menos.

Hemos aprendido en estos días que el tiempo que tenemos de vida es limitado y que debemos de decidir que es lo que queremos hacer con el.

Nos hemos encontrado con nuestras emociones y hemos descubierto que la vida no merece la pena si no la compartimos con las personas que amamos y que son más importantes para nosotros.

En estos días hemos conectado con nosotro propio ser y hemos podido sentir que solo seremos felices si somos fieles a nosotros mismos y hacemos lo que verdaderamente nos llene el alma y nos haga sentir vivos.

Hemos podido darnos cuenta de que lo que más valoramos es nuestra libertad de poder ir o hacer lo que queremos y cuando queremos.

Nos hemos dado cuenta de que son pocas las cosas que necesitamos para vivir y ser felices. No necesitamos lujos ni mucha ropa, ni coches nuevos, ni casi nada de lo que nos venden y que nos hacen pensar que son esenciales para nosotros.

A muchos también nos ha acercado a las cosas naturales. Hemos hecho muchas recetas de productos que antes comprábamos hechos ya con un montón de conservantes, colorantes, estabilizantes y un montón de cosas más que no son las que nuestro organismo necesita y que nos causan enfermedades.

Los que han podido convivir con sus familias han podido disfrutar de tiempo con las personas que más aman y a las que apenas dedican tiempo de calidad por las mil cosas que tienen que hacer cada día.

A través de la pérdida tan dolorosa de tantas personas y en las circunstancias en las que han sido, todos hemos podido apreciar lo importante que es el poder decir a quienes queremos lo importantes que son para nosotros y lo mucho que los amamos y no solo en el momento de la despedida, sino cada uno de los dias en los que los tenemos vivos, aunque no estén cerca de nosotros.

En fin creo que en esta sociedad se han de replantear mucho los valores y lo que queremos para nuestras vidas.

Cada uno de manera individual y también en conjunto porque esta oportunidad que ahora tenemos no deberíamos de desaprovecharla y si cada uno pusiéramos nuestro granito de arena, en unos años podríamos conseguir que nuestros hijos y nietos y todos los que vengan detrás de nosotros vivan una vida más en consonancia con el medio en el que viven.

Como soy positiva me niego a creer que los seres más inteligentes que pueblan este planeta sean capaces de acabar con él.

Mientras tanto pondré en práctica todo lo que he aprendido yo que no es poco.

Ya os iré contando como van a cambiar también la página y el canal.

Pues si que ha cambiado.

¿Quieres ver como?


Tu vida es mucho más que trabajar y comprar

Como ya os he dicho en alguna ocasión no suelo ver televisión.

No quiero dejarme influenciar por la realidad que algunos tratan de hacernos creer que vivimos y que no es nada más que la manipulación que utilizan para mantenernos con miedo y así podernos manejar a su antojo.

Algunas personas se asombran porque dicen que es importante estar informados.

¿Informados de qué? Les pregunto yo.

¿De lo que quieren informarnos los políticos y los grandes empresarios que nos quieren hacer ver la suerte que tenemos por poder comprarnos cosas que en realidad no podemos permitirnos, con la que está cayendo?

¿No nos damos cuenta de que las tenemos que comprar a plazos y que además no nos son necesarias y que para conseguirlas tenemos que trabajar duro solamente para pagar esas grandes deudas que según ellos nos harán felices?

¿Para que me sienta feliz cuando consiga ese coche o esa casa que según ellos me hará feliz a pesar de que me endeude casi de por vida por conseguirla?

¿Para que me sienta a salvo por tener la suerte de vivir en un lugar donde se respetan los derechos humanos y a la vez estén vendiendo armas para que en otros lugares no se respeten y masacren a personas por pensar diferente?

¿Para que crea que gracias a ellos nunca me va a faltar de comer cuando son capaces de tirar comida que no pueden vender y permiten que millones de personas mueran de hambre?

¿Para qué me hagan pensar que lo mejor para mí es tener seguridad y me vendan todo tipo de seguros y productos que a lo único que me van a llevar con seguridad es a que tenga que estar preocupada de por vida por si algun día me faltase el dinero y todo se fuera a la porra y por lo tanto trague carros y carretas para que no me despidan o tenga que aceptar cualquier trabajo aunque me exploten?

Podria seguir haciendo preguntas que mostrarían la incongruencia en la que nos hacen vivir sin que ni siquiera nos demos cuenta, pero yo prefiero ver la realidad de otra manera.

Si, hay cosas que podríamos considerar malas y que suceden constantemente, pero también ocurren muchísimas que por el contrario nos hacen sentir felices y no las encuentro fácilmente en las noticias.

Desde que descubrí que donde pongo mi atención aquello se magnifica prefiero ponerla en esas noticias en lugar de las que normalmente ponen en la televisión a todas horas.

Prefiero ponerla también en la parte más luminosa del ser humano en lugar de ponerla en la que se empeñan en presentar los programas de televisión más populares y que nos muestran todas las partes más deleznables que, aunque todos tenemos, yo quiero trascender en mi vida.

No quiero conformarme con el mundo que quieren hacerme ver.

Prefiero poner mi atención en las cosas que me hacen sentir bien y vibrar alto.

Prefiero ver un mundo diferente al que me intentan continuamente mostrar y en el que yo no creo.

La vida es mucho más que trabajar y comprar.

La vida nos presenta cosas maravillosas si nos paramos a fijarnos en ellas.

Si salimos de esa rueda en la que nos mantienen todas esas personas que nos utilizan para conseguir dinero y poder y nos prestamos atención a nosotros mismos, dejaremos de buscar la felicidad y también a los culpables que nos llevan haciendo creer desde siempre que hay que buscar fuera.

Nos haremos responsables de nuestras propias vidas y tomaremos las decisiones desde la conciencia de saber que cada una de ellas nos afectará más adelante y tendremos que vivir sus consecuencias.

Porque la realidad es que no nadie ni nada fuera que nos pueda proporcionar el sentirnos a gusto con nuestra propia vida y mientras sigamos poniendo nuestra atención fuera, como se empeñan en que hagamos, nunca encontraremos la felicidad porque la buscaremos donde nunca estará.

Solo podremos encontrarla donde verdaderamente está y es dentro de nosotros mismos.


Sigue estos 5 tips si quieres que te respeten

¿Sientes que no te respetan? ¿Quieres sentirte respetad@? Si sigues estos cinco tips lograrás el respeto que te mereces.

El primero de todos es aceptarte por completo y amarte .

¿Te extraña?

Seguro que estás pensando ¿qué tendrá que ver esto con que los demás me respeten?

Pues tiene que ver y mucho.

Cuando no te quieres a ti misma necesitas sentir que te quieren y eso te deja en una situación de debilidad que los demás pueden aprovechar para conseguir de tí lo que desean.

Además si no te amas no te respetas y permitirás que los demás abusen de ti con tal de sentir que te quieren.

Segundo tip: nunca te calles cuando no estés de acuerdo con algo o con alguien.

A veces para que otras personas no se enfaden, tragamos con cosas que no queremos y eso nos hace sentir mal y puede llegar a la larga a causarnos enfermedades.

Piensa que cuando permites que otras personas abusen de ti estas fomentando el que te necesiten pero eso no tiene que ver nada con que te quieran.

Tercero cuando tengas que decir algo que no te gusta hazlo tranquila y sin enfadarte.

Cuando le vamos a decir a alguien algo que probablemente no le va a gustar tenemos muchas posibilidades de que se ponga a la defensiva.

Y si además nosotras estamos enojadas tenemos muchas papeletas para que la otra persona pase a atacarnos y enzarzarnos en una discusión que nos lleve a conseguir lo contrario que pretendemos e incluso que lleguemos a distanciarnos y eso no es lo que queremos si apreciamos a esa persona.

Cuarto: nunca dejes que tu malestar se acumule.

Es mejor ir diciendo poco a poco lo que no nos gusta o lo que no estamos dispuestos a hacer que ir acumulando estas cosas para que los demás no se molesten y quedarnoslas dentro.

Cuando hacemos esto es como si fuéramos llenando un globo poco a poco y no dejasemos de hinflarlo nunca.

Llegará un momento en el que explote y todo lo que tenga dentro salga sin ningún tipo de filtro y sin ningún control.

La otra persona no entenderá porque le estás echando en cara cosas que en el pasado no te importaron hacer y como tu manera de decírselo no será precisamente pacífica, conseguirás el mismo resultado que hablamos en el apartado anterior además de un enorme disgusto.

Y quinto: nunca tengas miedo a exponer tus límites.

Tenemos la idea equivocada de que si ponemos límites los demás se molestarán con nosotros cuando en realidad será todo lo contrario.

Mirad cuando alguien nos propone algo y nosotros no nos atrevemos a decirle que no, pensará que nos gusta hacerlo y tendremos muchas posibilidades de que nos lo siga proponiendo en muchas más ocasiones.

Por lo tanto si la primera vez que nos lo propone le decimos que eso no es de nuestro agrado la persona entenderá perfectamente que eso no va con nosotros y evitaremos que nos lo vuelva a proponer.

Puede que penséis que habrá cosas que os pedirán con las que esto no funcione porque la persona que os las está proponiendo sea una de las más importantes en vuestras vidas, como tu pareja o tu hij@, y no os atrevais a decirle que no por miedo a como sea su reacción.

Yo a esto os digo que vayáis al primer tic.

Si, ese de que te tienes que amar por encima de todo.

Para amarnos y para amar a los demás necesitamos respetarnos a nosotros misnos primero.

Si transigimos con cosas que no nos gustan no nos estamos respetando y mucho menos amándonos.

No podemos dejar de respetarnos por nada ni por nadie porque cuando lo hacemos estamos causandonos dolor a nosotros mismos.

Si las personas a las que les ponemos nuestros límites los ignoran y no los respetan, no nos estarán amando ni respetando y seguro que tampoco lo estarán haciendo consigo mismos porque si así lo hicieran, respetarían los límites de los demás al igual que les gustará que les respeten los suyos.

Así que piensa que si la persona te importa deberías de mostrarle que debe de respetarse si quiere que le respeten y que ponerle tus límites es esa lección que debes de enseñarle si realmente le amas y te amas a ti.

Espero que estos cinco tips te sirvan de ayuda.

Cuéntame lo que piensas y como te va cuando los pongas en práctica.


Cuando parece que está todo perdido llega la verdad

Aquí estoy escribiendo de nuevo.

Llevo tiempo sin hacer ninguna publicación.

Callada. Sin nada que decir.

Colocándome por dentro, como suele suceder cuando se tiene un fuerte impacto en la vida de una.

Dicen que cuando tienes una experiencia impactante y dolorosa no vuelves a ser la misma y es cierto.

Cuando parece que todo está perdido llega la verdad.

No la realidad que nosotros creemos que estamos viviendo que no es más que nuestra propia interpretación basada en creencias que nos hicieron pensar que la vida era de una determinada manera.

Cuando atraviesas una etapa de esas te zarandea la vida de tal manera que se caen muchas cosas que nunca te hicieron falta y que habías puesto ahí con la convicción de que te protegían.

Cuando esto sucede se aclaran muchas cosas y caen de repente muchas creencias que ya no tienen cabida en tí.

Reconoces que estás creencias nunca fueron tuyas que simplemente las habías aceptado como algo real y les habías dado un valor muy importante en tu vida.

Tan importante que no te dejaban vivir y disfrutar de estar viva y conseguían todo lo contrario, que sintieras la vida con montones de obligaciones y condicionamientos.

La liberación que sientes cuando te das cuenta de que nunca tienes que hacer nada que no te apetezca y que lo único que importa es que seas honesta contigo misma y con los demás solamente siendo como eres, te permite a partir de ese momento darte el permiso de ser.

Ser qué? Lo que quiera que seas.

Sin tener que justificarlo sin tener que explicar nada a nadie.

Sin tener que esperar nada de nadie tampoco porque ya no necesitas aprobación ni sentirte querida por nadie.

Dejas de necesitar hacer juicios a los demás porque entiendes que cada uno debe encontrar su manera de vivir por si mismo y puede equivocarse tantas veces como necesite al igual que te sucede a ti, porque solamente pasando por esto aprendemos y cerramos ciclos para pasar a los siguientes.

Terminas aceptando que no tienes que ser perfecta para gustarte y gustar a los demás y eso te permite relajarte y equivocarte tantas veces como necesites pues la única persona con la que en realidad competías no era otra más que tu misma.

Admites que todo lo que ha sucedido en tu vida te ha llevado a ser quien eres en este momento y abrazas con amor todas esas vivencias que te han hecho crecer y amarte como te amas ahora.

Te perdonas por todas las veces que te fallaste a ti al no permitirte ser tu misma e intentar agradar a los demás con la esperanza de que te amaran.

Y empiezas a sentirte por fin en paz…


No permitas que sufrir forme parte de tu vida

Llevo un tiempo en el que ya no me emociono cuando agradezco a la vida todo lo que me proporciona.

Es más se me olvida muchas veces hacerlo y cuando lo hago no siento realmente estar agradecida.

Supongo que será por lo de mi enfermedad.

Llevo un año y medio luchando con el cáncer y después de dos intervenciones y dieciséis ciclos de quimioterapia (aún me quedan dos) tengo que reconocer que me cuesta sentirme agradecida con la vida por lo que me está brindando últimamente.

Es cierto que aunque se complicó parece que en esta ocasión todo va bien.

Pero después de pensar que todo estaba solucionado tras la primera intervención y los primeros ciclos de quimio, que en la primera revisión te digan que tienes una metástasis te hace estar en una pseudorealidad que a veces hasta te hace daño.

Por que en realidad no se lo que va a suceder y en ese no saber también está la posibilidad de que no vuelva a mi cuerpo nunca más esta enfermedad.

Y a pesar de haber crecido mucho personal y espiritualmente y de haber pasado momentos también muy buenos tengo la necesidad de sincerarme y de contaros que en mi vida no todo es bonito.

Que tengo momentos duros como cualquiera y que los llevo lo mejor que puedo por que soy humana y tengo debilidades.

Los tóxicos que me curan tambien me causan secuelas que incluso puede que se queden para siempre.

El cansancio me impide hacer mi vida normal.

Pero me niego a sufrir.

El dolor está presente y no lo puedo evitar.

Lo acepto como parte de la vida pero el sufrimiento no permito que sea parte de ella.

Que no esté sufriendo se debe a que sé que soy yo la que me causaría ese sufrimiento por los pensamientos que yo proyectase si me quedase en la queja y en el sin sentido de echar la culpa a la vida o a cualquier otra cosa que se me ocurriera por esto que me está tocando vivir.

Disfruto de lo que la vida me presenta y también lo hago cuando como en este momento me siento más vulnerable.

¿Acaso está vulnerabilidad no es mía?

No tengo la necesidad de ocultarla porque no necesito demostrar que soy fuerte.

Soy muy fuerte y también soy muy vulnerable.

No es incompatible una cosa con la otra.

No tengo necesidad de ocultar nada de mi porque no soy perfecta.

Nadie lo es.

Tengo cosas que me encantan y cosas que no me gusta ver cuando me las reflejan los demás pero que reconozco que son mías y aunque no me gusten las abrazo y las acepto porque soy yo y también me proporcionan cosas positivas aunque al principio no fuese capaz de verlas.

El estar triste o enfadado es algo normal y no hay porque rechazar u ocultar estos sentimientos.

Dejarlos salir nos lleva a sentirnos en paz al ser coherentes con nosotros mismos.

A mi en este momento me cuesta agradecer a la vida todo lo que me da y me permito sentirlo porque asi estoy siendo coherente.

Se que tal vez esté siendo injusta con ella porque me proporciona muchas cosas que le tengo que agradecer pero en este momento no me sale y no tengo porque mentirme porque en el fondo si le miento a la vida me estaría mintiendo a mi misma y prefiero no hacerlo y no sufrir.

Se que más adelante volveré a sentir ese agradecimiento y así se lo haré saber y volveré a sentirme como ahora en paz porque estaré siendo coherente como lo soy ahora.

La vida está llena de momentos de todo tipo y nosotros debemos pasar por ellos.

Pero es nuestra decisión como lo hacemos.

Si nos sinceramos con nosotros mismos los pasaremos en paz aunque sean dolorosos.

Si no lo hacemos así nos causaremos a nosotros mismos y a los que más amamos sufrimiento.

Y yo no quiero esto ni para mi ni para las personas que amo.

Ya sufrí lo suficiente antes de aprender esta lección.

Sé que para amarme debo permitirme ser y ser conlleva aceptar y amar todo lo que hay en mi, incluida mi enfermedad y todos los sentimientos que me proporciona lo que vivo en cada momento.

Se que terminaré amando y agradeciendo todo esto que ahora me está tocando vivir aunque ahora se me escape de las manos a pesar de todo lo bueno que me está proporcionando también.

Como siempre os digo nada es solamente bueno o solamente malo. Todo tiene de todo.

Y no creáis que tiene que ver con mi completa curación que por supuesto que es lo que me gustaría que sucediera.

Es algo que va más allá.

No sé qué va a suceder en el futuro y tampoco me preocupa en este momento.

Lo que si sé es que lo que suceda, quiero vivirlo desde la conciencia de saber que son mis pensamientos los que harán que yo me sienta feliz y en paz o por el contrario que sean la causa de mi sufrimiento.

Sólo así podré disfrutar de esta experiencia que decidí vivir y que me está aportando mucho más de lo que me esperaba.


¿El enamoramiento es el verdadero amor?

Que nos atraiga una persona es el primer paso hacia lo que puede ser una relación de pareja si la atracción es correspondida.

Pero esa fuerte atracción que sentimos por alguien al principio de la relación y que nos mantendrá en el séptimo cielo mientras dure, no pasa de ser una primera etapa: el enamoramiento.

Además será la que determine si la relación puede llegar a más o si cuando pase y por fin abramos los ojos concluiremos que nuestro camino y el de la otra persona tienen que continuar por separado.

Es cierto que este periodo es el que más nos atrae porque principalmente el cuerpo se nos revoluciona por entero y durante un tiempo más o menos largo nos convertimos en seres diferentes.

Es por este motivo que muchas personas se refieran al enamoramiento como si se tratara del verdadero amor y piensen que tenga que ser eso lo que se sienta continuamente en una relación amorosa.

Incluso hay personas que van buscando relaciones cortas que no pasen de esa primera etapa para que esas sensaciones nunca se acaben.

Cuando nos enamoramos vivimos un permanente sueño.

Nos ilusionamos con esa persona que apenas conocemos y pensamos que eso tan fuerte que sentimos por ella puede perdurar en el tiempo y por lo tanto convertirse en el amor de nuestras vidas.

Claro que todo esto lo pensamos cuando nuestra ilusión nos lleva a idealizar a esa persona que vemos tan interesada en nosotros y que tanto nos atrae.

Casi todos nos comportamos de manera diferente cuando estamos en sociedad a como lo hacemos cuando estamos solos o con gente muy cercana como nuestra propia familia por ejemplo.

Solemos mostrar socialmente nuestra parte más atrayente. La que más nos gusta pues lo que pretendemos es agradar y caer bien en general.

Pero esa parte nuestra que no mostramos porque no nos resulta agradable no podemos ocultarla durante mucho tiempo porque en realidad, aunque nos moleste aceptarlo es parte de nosotros.

Las partes que nos gustan y las que nos desagradan somos nosotros y querer ocultar cualquiera de ellas es señal de que no nos aceptamos plenamente y será nuestro mayor motivo de sufrimiento, aunque las personas que no sean conscientes de la realidad se empeñen en encontrar culpables de ese sufrimiento siempre a alguien de fuera.

Por este motivo cuando vamos conociendo al otro llegamos a ver esas partes que se empeña en ocultarnos y el otro ve esas mismas partes de nuestro ser que nosotros también nos empeñamos en que no conozca.

Y el embrujo del enamoramiento empieza a desaparecer y comenzamos a ver a la otra persona de otra manera. Ya no es tan maravillosa y nos comenzamos a plantear si tendremos futuro con ella.

Y claro a la otra parte le sucede lo mismo.

Esto puede hacer que nos posicionemos donde no debemos hacerlo, es decir en protegernos ante lo que percibimos como ataques por parte del otro cuando lo que en realidad lo que nos está mostrando es lo mismo que le mostramos nosotros que no es otra cosa que el miedo que nos producirá su rechazo si como vamos percibiendo llega a ver esa parte tan horrible para nosotros y que ya empezamos a mostrar.

Pero no nos preocupemos porque esto tiene solución aunque para llegar a ella tendremos que plantearnos primero ¿qué es el amor para nosotros?

Porque la mayoría no nos lo planteamos y creemos que es lo que vemos en las películas porque en general lo que la mayoría de nosotros hemos vivido en nuestras casas no son relaciones precisamente de amor sino de dependencia o de interés y esto nos lleva a idealizar esos finales felices de historias de amores difíciles que nos hacen pensar que serán felices y comerán perdices para siempre como en los cuentos.

Y lo primero que nos deberiamos plantear es si de verdad necesitamos a otra persona para ser felices.

Por que si la respuesta es sí, entonces tendremos un problema porque atraeremos a nuestras vidas a personas que piensen igual que nosotros y tendremos una relación en la que creeremos que es responsabilidad del otro el que seamos felices sin darnos cuenta de que el otro también esperará lo mismo de nosotros y lo que conseguiremos será una relación llena de reproches de uno hacia el otro porque nunca nadie nos podrá dar al igual que nosotros no podremos nunca darle lo que realmente necesitamos cada uno de nosotros que no es más que amarnos a nosotros mismos y no depender de que nadie nos ame para ser felices.

Asi que antes de tener una relación de amor con alguien deberíamos tener una relación de amor con nosotros mismos.

¿Y como se consigue eso?

Pues iremos por partes pues este post se está alargando y creo que con lo que ya he planteado en el es suficiente de momento para que hagamos una profunda reflexión sobre esto.

En el próximo blog contestaré a esta pregunta.

Espero que os interese.


El mito de la media naranja

Durante toda nuestra vida de una manera u otra nos ha llegado el mensaje de que necesitamos alguien para estar completos.

Esta es una de las creencias que nos llevan a vivir situaciones que realmente no deseamos y que más nos hacen sufrir.

La realidad es que somos seres completos y no necesitamos a nadie más para ser felices.

Los seres humanos vivimos en sociedad pero eso no significa que todos tengamos que hacer o comportarnos como la sociedad decida que es correcto hacerlo.

La misma sociedad se está transformando y cada vez vemos tipos de relaciones y de familias que unos años atrás eran impensables.

Cada vez hay más personas que deciden estar solas porque así es como se sienten bien consigo mismas.

Hace cincuenta años una mujer que se quedaba sola cuando pasaba una cierta edad era tachada de solterona y era por ello criticada cuando no era motivo de mofa para algun@s o de sentimientos de pena por parte de otr@s porque se entendía que la finalidad de las mujeres era que se casarán y tuviesen hijos y la que no lo hiciese así era por algún motivo del que casi siempre ella era culpable.

Curiosamente no sucedía lo mismo con los hombres que eran envidiados por su libertad por los que estaban casados y con admiración por las mujeres que los encontraban irresistibles por ser tan difíciles de alcanzar.

Gracias a personas que se plantearon esta creencia y se negaron a vivir como la sociedad les marcaba que hicieran, con el paso del tiempo se han ido relajado estás «normas» que la sociedad imponía y hoy en día se han logrado derechos por los que anteriormente se acababa en la cárcel como el divorcio o los matrimonios homosexuales y otras maneras de entender la vida que cada uno deberíamos valorar pues nos estamos jugando en ello el ser coherentes con nosotros mismos y estar en paz.

Para mi la felicidad consiste en eso precisamente.

Aceptar que la vida al igual que yo tiene cosas que me gustan más y otras que no me gustan nada pero que todas ellas forman parte de mi y de la vida y por lo tanto si las abrazo y las vivo sin resistirme a ellas y aceptándolas como lo que son, sin estigmatizarlas ni personalizarlas, me llevan a ser capaz de estar en paz conmigo y con la vida.

Es importante que nos hagamos preguntas.

Que nos planteemos que no está todo hecho y que nos nos dejemos llevar por lo que se nos diga que es lo que tenemos que hacer.

Porque al igual que nos sucede a nosotros con el paso del tiempo y nuestras experiencias y que nos deberían de servir para aprender y trascender aquello que nos hace sufrir, entre todos también conseguimos transformar a los demás.

Pero eso se da solamente cuando nos abrimos a aceptar que las cosas no tienen solo una forma de ser.

Que solo una manera es la correcta y las demás se deben excluir.

Pensar así nos lleva a vivir con miedo y la vida para que seamos capaces de saborearla nos pide que seamos valientes y nos dejemos llevar por nuestro corazón y para que lo consigamos debemos escucharle.

En silencio, con paciencia y con la apertura mental de un niño que aun no ha sido adoctrinado en lo que se supone que es la vida desde el punto de vista de una sociedad en la que lo que es correcto lo deciden por nosotros.

Sólo tú decides que es para ti la vida porque para cada uno la vida comienza y termina en nosotros mismos.

Cuando llegue el momento de irnos de aquí se acabará la vida para cada uno.

Pero hasta ese momento podemos tomar montones de decisiones que nos pueden llevar a vivir nuestra vida de muy diferentes maneras.

Plantearnos las creencias que desde distintos ámbitos nos han hecho creer que son reales y que nos llevarán a ser felices nos da la posibilidad de abrir una gran puerta para vivir de una manera totalmente diferente pero es nuestra responsabilidad el encontrar esa puerta y atravesarla.

Quedarnos en el dolor de pensar que la vida nos ha tratado mal o que hemos tenido mala suerte nos mantiene en el sufrimiento y lo que la vida nos muestra a través de nuestras experiencias es que somos nosotros los únicos que podemos sacarnos de esas situaciones y que dejemos de quejarnos y actuemos para conseguir la vida que nos merecemos.

Tu eres el indicado para decidir si quieres compartir tu vida con otra persona o no pero sobre todo tú eres el que decide que persona quieres que te acompañe y lo que quieres que aporte a tu vida en el caso que de decidas compartirla.

Así que planteate estas preguntas y contestalas escuchando a tu corazón, te puedo asegurar que te vas a sorprender.


¿En qué frecuencia estoy vibrando?

Somos energía y por lo tanto vibramos pero ¿en qué frecuencia lo estamos haciendo?

Seguramente sabréis que la energía negativa es más densa y la positiva más sutil.

Es por eso que cuando nos encontramos mal por cualquier motivo nos sentimos más pesados y nos cuesta más tirar de nuestro cuerpo.

También nos sucede todo lo contrario cuando estamos y bien somos capaces de hacer casi cualquier cosa.

Ultimamente vemos en muchos sitios actividades y terapias de todo tipo que nos proponen muchas maneras de subir nuestra vibración con el fin de que salgamos de la baja frecuencia en la que nos encontramos y podamos ser felices.

Y pudiéramos entender con esto que siempre estamos vibrando en la misma frecuencia cuando esto no es posible.

Nos influyen demasiadas cosas para que esto sea así.

La vibración tiene que ver con como nos sentimos y hay muchos factores que influyen en nuestros pensamientos y sentimientos.

No nos sentimos igual cuando estamos sanos que cuando estamos enfermos, ni cuando tenemos trabajo y nos despiden, por ejemplo.

Estas cosas que pudieramos ver como normales para que nos causen vibrar bajo no son las únicas que nos influyen pues la mayoría de nosotros enfermamos y perdemos el trabajo en pocas ocasiones o incluso en ninguna.

Pero hay pequeñas cosas que nos suceden mucho más a menudo y que nos mantienen en esa baja frecuencia sin que apenas nos demos cuenta.

Un empujón que nos da un desconocido en la calle, una discusión con un compañero, una rabieta que no sabemos controlar de nuestro hijo, olvidarnos de hacer algo importante, etc. son cosas que no tienen gran importancia y que por no tener una gran repercusión en nuestras vidas no pensamos que nos influyan demasiado a la hora de sentirnos mal porque ponemos nuestra atención en las cosas que más nos impactan como por ejemplo un desamor, una traición de alguien al que valoramos o como dije antes una enfermedad o un despido.

Pero todas esas pequeñas cosas son las que nos pueden mantener en una baja vibración más frecuentemente.

Y por supuesto que si estamos demasiado tiempo en una misma frecuencia traeremos situaciones y personas que cubren igual que nosotros.

Es evidente que hay muchas cosas que nos pueden hacer que en diferentes momentos del día podamos tener variaciones en nuestra vibración y podamos pasar de una frecuencia a otra.

El cómo interpretamos todas esas cosas que nos suceden al cabo del día es clave para esto estamos hablando.

En realidad nos pasamos todo el día contándonos a nosotros mismos lo que nos está sucediendo. Pero esto no significa que sea real.

Personalizamos todo lo que nos sucede porque creemos que tiene que ver con nosotros.

Y lo que en realidad sucede es que son hechos que se nos presentan y nosotros interpretamos en base a nuestras creencias.

Pero tenemos que ser conscientes de que esas creencias que tenemos no son nuestras.

Las hemos hecho nuestras a través de quienes nos las han inculcado y la mayoría de nosotros nunca nos hemos tomado la molestia de cuestionarios y las hemos aceptado como verdades absolutas.

Nos dijeron por ejemplo que un despido de un trabajo es una desgracia y asi lo piensa la mayoría y sin embargo para algunas personas ese despido se ha convertido en la oportunidad de poder dedicarse a su verdadera pasión.

Replantearnos todas muestras creencias, que lo que realmente hacen es limitarnos, nos pueden llevar a que podamos mantenernos durante más tiempo en una frecuencia más alta y podamos atraer a nuestras vidas personas y cosas que nos hagan crecer desde el amor, en lugar que desde el miedo que es como aprendemos cuando nos encontramos en frecuencias más bajas.

Porque no olvidemos que estamos aquí para ser mejores cada día y poder así disfrutar de estar vivos.


Gracias Vida

Ayer fue un día importante para mi.

Mi miedo se desvaneció cuando vi la cara sonriente de mi oncóloga dándome buenas noticias.

Todo está bien y continuamos con las seis sesiones de quimioterapia que faltan para completar el tratamiento.

Otro paso adelante.

Otro objetivo conseguido.

Una tregua para continuar creciendo con mi personaje actual.

Otra oportunidad para agradecer a la vida todo lo que me envía.

Gracias vida.

Gracias por ayudarme a sincerarme conmigo misma y conocerme aún más.

Gracias por darme la oportunidad de saber que puedo disfrutar de tí aún en las circunstancias más adversas.

Gracias por permitirme evadirme cuando no he podido hacer frente a lo que me venía y darme el tiempo que he necesitado para poder hacerlo.

Gracias por tu paciencia y tu constancia para hacerme comprender que estar viva significa mucho más de lo que yo creía.

Gracias por no desistir en tu empeño de conseguir que me rindiese a admitir, que siempre he sido la mejor versión de mí y que nunca fui culpable de nada, pues no lo supe hacer mejor cuando no era consciente de lo que si soy ahora.

Gracias por la dulzura y también por la dureza, que en ocasiones te obligué a mostrar y con las que me has hecho aprender todo lo que sé y que me ha transformado por completo.

Y gracias por amarme y aceptarme tal y como soy en cada momento.


Mi miedo a morir

Hoy me dan los resultados de las pruebas que me hicieron para ver como quedó todo después de la operación.

Me asusté cuando la doctora me dijo que en la biopsia aparecían dos tumores cuando en los TAC anteriores habían salido tres.

Ella intentó tranquilizarme diciéndome que quizás el tercero se había eliminado con el tratamiento de quimioterapia.

A pesar de la preocupación que esto me produce he intentado en estos días dejarla en espera hasta que llegase este temido día en el que sabré como está todo.

Llevo dos operaciones en poco más de un año por un cáncer y una posterior metástasis.

Cuando me dijeron lo de la metástasis fue un duro golpe pues yo creía que todo estaría bien.

En este corto aunque difícil periodo de mi vida he vivido este proceso sabiendo que me llevaría a un gran cambio personal y así ha sido.

Estas situaciones te llevan a aceptar lo que te presenta la vida en esos momentos y no porque no tengas ganas de salir corriendo para eludirlas sino porque tienes que acabar admitiendo que no hay ningún sitio a donde ir para evitarlas.

También me han llevado a ser sincera conmigo misma y reconocerme en actitudes, creencias y pensamientos que cuando veía en los demás rechazaba de plano.

Enfrentarme con la muerte me causa terror. Esto es normal pues en esta vida es la primera vez que lo hago y si lo he hecho en otras vidas no lo recuerdo.

He sido consciente de que además de la tristeza que me causa dejar de estar con las personas que amo lo que más pánico me da es dejar de ser.

Dejar de pensar como pienso, de sentir como siento y de hacer lo que hago. Y a la vez que llegue un momento en el que nadie se acuerde de que existí, de que tuve una vida llena de experiencias de todo tipo y que en unos años, cuando las personas que están presentes en mi vida también desaparezcan, simplemente pase a ser uno de los tantos que se fueron y que ya no están en la memoria de nadie.

Se que en este momento tengo que aprender algo muy importante para mi crecimiento personal y espiritual.

Supongo que tiene que ver con lo que acabo de decir.

Admitir que la vida tiene un principio y un final para todos y que lo que vine a hacer aquí no tiene que ver con lo que pienso que soy sino con lo que hago con mi vida y lo que dejaré aquí detrás de mí.

Plantearme mis creencias con respecto a la muerte es lo que la vida me presenta en este momento porque en el fondo, me estoy resistiendo a la vida no aceptando que llegará ese día en el que voy a morir.

Porque por mi propia experiencia sé que todo lo que la vida me ha brindado siempre me ha llevado a crecer y que cuando no lo he aceptado me he causado a mi misma sufrimiento y he tardado mucho más en aprender.

La muerte es una parte de la vida y resistirme a ella cuando llegue mi momento no me librará de ella y me hará sufrir.

Lo mismo me ocurrirá con cualquier otra cosa que me suceda y que yo considere que tengo que soportar o evitar para protegerme.

Cuanto antes acepte esto antes podré disfrutar de estar viva porque en realidad si me resisto a lo que la vida me pone por delante ¿para qué quiero vivir?