Descubrir el sentido de la vida lleva tiempo.
Quizás más del necesario pues lo más difícil de conseguir es eliminar las creencias que nos han inculcado y que influyen enormemente en como vemos la vida y sobre todo en lo que pensamos que es.
Quitar todas esas creencias lleva mucho trabajo y esfuerzo pero no es esto lo más difícil.
Lo que más nos cuesta es darnos cuenta de que la realidad que creemos vivir no es más que una especie de sueño y que está basada en unas creencias que no son ciertas y que nos llevan a interpretar todo lo que nos está sucediendo y convertirlo en nuestra realidad.
Es decir la realidad que pensamos que estamos viviendo solo es la realidad personal que cada uno estamos creyendo vivir pero que no tiene nada que ver con la que interpretaríamos si nuestras creencias fueran distintas.
Por ejemplo si me hicieron creer que mi función en esta vida como mujer es tener hijos y no los deseo o, sobre todo, no puedo tenerlos me sentiré fatal por no realizar mi faceta de madre.
Pero además me sentiré culpable por ello y juzgaré también a las que estén en mi misma situación.
Darnos cuenta de que en realidad nuestros pensamientos están basados en montones de creencias que no son ciertas es la parte más dificultosa para llegar a comprendernos.
Al quitarnos de encima un montón de capas que tuvimos que ir poniendo para defendernos de lo que creíamos que venía del exterior e ignorábamos que eran creadas por nosotros mismos para protegernos del dolor que nos causaba ser distintos a lo que se esperaba de nosotros.
El dolor que nos produce el rechazo puede durarnos toda la vida si no somos capaces de descubrir que lo que otros esperaban que fuésemos estaba basado en sus propias creencias y que les llevaron a protegerse de la misma manera que hemos hecho nosotros para que no saliese a la luz su fragilidad, su verdadera personalidad y poder vivir creyendo que así no se notaría su sentimiento de culpabilidad por ser diferentes al resto.
Hay cosas que tenemos que descubrir sobre nosotros.
Tenemos que quitarnos el miedo que nos produce el salir de debajo de esas capas que son las únicas que realmente causan nuestro sufrimiento por no permitirnos ser lo que realmente somos.
Tenemos que reconocer que a los únicos que nos debemos lealtad es a nosotros mismos.
Que nuestros familiares han vivido o están viviendo sus vidas como han entendido que deben hacerlo pero que no tenemos porque privarnos de vivir la que nosotros queremos solamente por no desagradarles a ellos.
Si no nos entienden es su problema, el nuestro es cuidar de nosotros.
Es dejar de sufrir por no amarnos y respetarnos a nosotros mismos.
Ellos desconocen el sufrimiento que nos causa el no poder mostrarnos como somos.
Y lo desconocen porque tampoco reconocen el suyo propio por el mismo motivo que el nuestro y porque se han pasado la vida creyendo que la causa de su sufrimiento viene siempre de fuera de ellos.
Permítete descubrir quién eres para poder vivir en paz contigo mismo y para poder empezar a ver la vida como es.