Nos enseñan a buscar culpables fuera de nosotros para cada una de las cosas que nos suceden y acabamos poniendo nuestra atención siempre fuera y viviendo desde la inconsciencia nuestra propia existencia.
Poner la atención en nosotros mismos en lo que sentimos, pensamos y hacemos nos lleva a ser cada vez más coherentes y a percibir la felicidad que ya está en nosotros pero que las interpretaciones que hacemos a través de nuestro ego, desde el miedo, no nos permiten sentir.
Cuando vivimos conscientemente interpretamos todo lo que nos sucede de una manera totalmente diferente.
Nos hacemos conscientes de que la vida nunca nos pidió nada de lo que nosotros creíamos.
Descubrimos que todas las obligaciones que creíamos tener y que nos impedían ser lo que realmente somos eran las que nos llevaron a ser tan infelices porque nos limitaban y no nos dejaban desarrollarnos.
Nunca la vida nos pidió que nos sacrificamos por nada ni por nadie si eso nos causaba dolor.
Jamás nos pidió que toleráremos situaciones denigrantes aunque las personas que nos las causaran fuesen las que más amamos.
Descubrimos que todas esas situaciones y experiencias solo estaban allí para que nos hiciésemos conscientes del sufrimiento que nos causábamos a nosotros mismos por no cuidar de nosotros y amarnos, era la principal lección que la vida nos estuvo todo el tiempo enseñando.
Pero sólo dejando de buscar culpables de todo lo que nos pasa podemos concentrarnos en lo que verdaderamente nos está sucediendo y cambiar aquello que ya no necesitamos que esté en nuestro presente.
Es nuestra responsabilidad cuidar de nosotros mismos y delegar esa responsabilidad en los demás, además de ser injusto para las otras personas nos lleva a sufrir pues jamás conseguiremos que alguien lo haga.
Solo sabremos cubrir nuestras necesidades a través del autoconocimiento y para ello tenemos que dejar de buscar culpables y centrarnos en nuestras propias experiencias y las emociones que nos producen para encontrarnos con nosotros mismos abrazarnos y darnos todo ese amor que buscamos fuera.
Ser conscientes de nosotros mismos y nuestra propia experiencia nos permite percibir la vida de una manera más real y nos conduce directamente a ser plenamente felices.