El presente y nuestra responsabilidad

Solemos elucubrar con que hubiese sido si cuando sucedió tal cosa hubiésemos hecho tal otra y no la que hicimos.

Curiosamente lo hacemos con mucha frecuencia cuando el resultado de nuestra decisión no es el que nosotros esperábamos y no cuando cuando las cosas han ido bien.

Pero haciendo esto solo perdemos el tiempo porque jamás podremos cambiar algo que sucedió en el pasado.

Sin embargo seguimos dándole vueltas y más vueltas y buscando culpables de todo lo que consideramos malo en nuestras vidas evitando responsabilizarnos de nuestras decisiones.

Ignoramos que al hacer esto en realidad nos estamos impidiendo que nuestras vidas mejoren pues creemos que no podemos hacer nada para cambiar lo que no nos gusta cuando nos negamos a ver la realidad: la vida siempre nos mostrará lo que nosotros creemos y si lo que estamos creando es que nosotros no somos responsables de lo que nos sucede pues así interpretaremos todo lo que nos pase.

Sin embargo cuando decidimos tomar las riendas de nuestras vidas y creamos desde la responsabilidad de nuestros actos podremos darnos cuenta del poder que tenemos para evitar tomar las decisiones que nos dañan.

No podemos, por ejemplo, acusar a la vida ni a nuestra pareja de tener una mala relación cuando nosotros la elegimos a pesar de no terminar de gustarnos algunas cosas, ni cuando a pesar de pasarlo mal continuamos permaneciendo ahí buscando mil excusas para no salir de ella.

Mientras no reconozcamos nuestra responsabilidad no reconoceremos nuestro auténtico poder de crear la vida que nosotros soñamos.

Es doloroso reconocer que somos los verdaderos responsables de permitir que nos dañen pero solo podemos salir de ese círculo vicioso reconociendo que no nos amamos cuando nos mantenemos en situaciones que nos hacen sufrir.

Cada uno de nosotros somos los únicos responsables de nuestras propias vidas.

No somos responsables de nadie más.

Nuestros hijos son nuestra responsabilidad mientras son pequeños, después es su propia responsabilidad la de sus vidas.

Responsabilizarnos en nuestro presente nos hará tener un futuro diferente al que vivimos desde la irresponsabilidad pero no olvidemos que ni el pasado ni el futuro existen porque siempre estamos viviendo en un continuo presente.

Recuerda siempre esto: el pasado y el futuro no existen, son tan solo una ilusión creada por nosotros para evitar vivir el momento presente y nuestra responsabilidad en él.



Permítete no tener razón

Las experiencias que cada uno tenemos nos deberían hacer aprender las enseñanzas que la vida nos muestra a través de ellas.

Todas las personas que aparecen y las situaciones por las que pasamos nos deberían llevar a encontrarnos con nosotros mismos.

Pero la mayoría nos vemos incapaces de hacerlo porque las interpretaciones que hacemos de las cosas que nos suceden nos llevan a buscar la responsabilidad de todo ello en el exterior.

Nos aferramos a creencias que otros nos enseñaron y que nunca nos planteamos si eran verdad y si funcionaban para nosotros.

Pero estas creencias que  ni tan siquiera son nuestras son las que nos limitan y las que nos llevan poco a poco a convertirnos en alguien que no somos para agradar a las personas que nos las inculcaron de la misma manera que hicieron con ellos y que también les impidieron ser ellos mismos y por lo tanto ser felices.

Además se convierten el los cimientos en los que nos apoyamos para interpretar que la vida consiste en eso que pensamos e interpretamos que nos está pasando.

Nos aferramos a que la realidad es la que nosotros vemos y no nos explicamos cómo los demás no lo ven igual que nosotros porque ignoramos que no hay una sola realidad.

Pero hay tantas realidades como personas pues todos estamos constantemente interpretando lo que creemos que nos sucede basándonos en las creencias y experiencias que tenemos cada uno de nosotros.

Y nadie, absolutamente nadie, tiene las mismas que otro. Pueden ser parecidas pero nunca iguales.

Creer que tenemos razón nos impide ver más allá de lo que nosotros pensamos, aprender cosas nuevas y sobre todo poder cambiar todo lo que no nos hace felices.

Y la vida nos lleva a ser cada vez las mejores versiones de nosotros mismos pero para conseguirlo debemos dejar de interpretar todo lo que nos sucede desde el miedo y permitirnos experimentar la vida desde el amor.

Para ello debemos dejar el victimismo que nos lleva a paralizarnos y a creer que no podemos hacer nada para cambiar lo que nos sucede y comenzar a buscar que es lo que nos puede aportar esa experiencia o esa persona que en nuestro presente percibimos como si fuera la causa de nuestro sufrimiento.

Hacer estos nos liberará de la impotencia que percibimos desde el miedo y nos permitirá ponernos manos a la obra y cambiar nuestro presente y nuestra experiencia al comenzar a percibir la vida como lo que realmente es: un camino que nos lleva a la sabiduría y al amor, que es realmente lo que somos.


Deja de buscar culpables

Nos enseñan a buscar culpables fuera de nosotros para cada una de las cosas que nos suceden y acabamos poniendo nuestra atención siempre fuera y viviendo desde la inconsciencia nuestra propia existencia.

Poner la atención en nosotros mismos en lo que sentimos, pensamos y hacemos nos lleva a ser cada vez más coherentes y a percibir la felicidad que ya está en nosotros pero que las interpretaciones que hacemos a través de nuestro ego, desde el miedo, no nos permiten sentir.

Cuando vivimos conscientemente interpretamos todo lo que nos sucede de una manera totalmente diferente.

Nos hacemos conscientes de que la vida nunca nos pidió nada de lo que nosotros creíamos.

Descubrimos que todas las obligaciones que creíamos tener y que nos impedían ser lo que realmente somos eran las que nos llevaron a ser tan infelices porque nos limitaban y no nos dejaban desarrollarnos.

Nunca la vida nos pidió que nos sacrificamos por nada ni por nadie si eso nos causaba dolor. 

Jamás nos pidió que toleráremos situaciones denigrantes aunque las personas que nos las causaran fuesen las que más amamos.

Descubrimos que todas esas situaciones y experiencias solo estaban allí para que nos hiciésemos conscientes del sufrimiento que nos causábamos a nosotros mismos por no cuidar de nosotros y amarnos, era la principal lección que la vida nos estuvo todo el tiempo enseñando.

Pero sólo dejando de buscar culpables de todo lo que nos pasa podemos concentrarnos en lo que verdaderamente nos está sucediendo y cambiar aquello que ya no necesitamos que esté en nuestro presente.

Es nuestra responsabilidad cuidar de nosotros mismos y delegar esa responsabilidad en los demás, además de ser injusto para las otras personas nos lleva a sufrir pues jamás conseguiremos que alguien lo haga.

Solo sabremos cubrir nuestras necesidades a través del autoconocimiento y para ello tenemos que dejar de buscar culpables y centrarnos en nuestras propias experiencias y las emociones que nos producen para encontrarnos con nosotros mismos abrazarnos y darnos todo ese amor que buscamos fuera.

Ser conscientes de nosotros mismos y nuestra propia experiencia nos permite percibir la vida de una manera más real y nos conduce directamente a ser plenamente felices.


Si quieres que tu vida cambie comienza a cuestionarte

Cada uno de nosotros tenemos la vida que creemos merecer.

Son nuestras creencias las que nos hacen interpretar todo lo que nos sucede y al darnos la explicación que nuestro cerebro, a través de nuestros pensamientos procesa, nos hace creer que esa es la realidad.

Pero no existe una sola realidad, cada uno tenemos la nuestra y como desconocemos este hecho nos empecinados en que tenemos razón y en que las cosas tienen que ser como pensamos que son y no entendemos porque los demás no lo ven tan claro como lo vemos nosotros.

Y es que todo, absolutamente todo tiene que ver con nosotros mismos.

Esta es la manera en que el universo, la vida, Dios o como queramos cada uno llamarlo, nos hace ver que somos mucho más poderosos de lo que pensamos.

Y el que nos hagamos preguntas es el principio de todo.

Cuando comenzamos a ser conscientes de que seguir echando la culpa de lo que nos sucede o la responsabilidad de que nos hagan felices a alguien ajeno lo único que nos lleva es a sufrir, empezamos a preguntarnos si nosotros tendremos algo que ver en el asunto.

Al principio esta pregunta sobre nuestra intervención en lo que nos pasa es muy escéptica y enseguida descartamos que lo que tenemos enfrente tenga nada que ver con nosotros.

No entendemos absolutamente nada principalmente porque llevamos toda la vida defendiéndonos de cualquier cosa que pensamos que nos va a hacer sufrir.

Pero al hacerlo, estamos centrando nuestra atención en todo lo externo y eso que nos evita el responsabilizarnos de nosotros mismos y de nuestras acciones también nos aleja cada vez más de nosotros mismos y de nuestro enorme poder para crear la vida que queremos, ahora ya desde la consciencia.

Reconocer que todo lo que nos sucede es parte de nuestro proceso de autoconocimiento nos acerca a lo que realmente es la vida.

El encuentro con nosotros mismos a través de los otros nos enseña que todos somos lo mismo y no estamos solos como percibimos desde la realidad inconsciente que nos muestran nuestras creencias.

Permítete el reconocer lo que las situaciones y las personas te están mostrando sobre ti mism@ y tu vida se transformará por completo.

Acéptate y ámate con tus luces y tus sombras y podrás comenzar a ser feliz.