El amor es libertad

Cuando tenemos una relación amorosa con otra persona solemos querer que esa persona esté solamente con nosotros y nosotros también deseamos estar solo con ella y eso es normal.

Pero en ocasiones podemos confundir el amor con la posesión de la otra persona,  cuando tenemos una visión inmadura de lo que es el amor.

Lo cierto es que al igual que nos sucede a nosotros, la otra persona querrá continuar con nosotros si ella así lo desea y no podremos hacer nada por evitarlo si desea marcharse.

Por lo tanto intentar controlarla y mostrar en exceso nuestra desconfianza o nuestros celos puede llevarnos a provocar un desenlace no deseado en nuestra relación al hacer sentir incómoda y presionada a la otra persona.

El amor no es posesión, al contrario el amor tiene que ver con la libertad y con la aceptación.

El amor es desear estar con esa persona que es especial, desde nuestra libertad para elegir estar con ella.

Pero si sentimos que necesitamos poseer a la otra persona esto se convertirá en una cárcel para ella.

¿Acaso a nosotros nos gustaría que alguien nos obligase, de cualquier manera, a estar con él?

Si verdaderamente amamos a alguien querremos que sea feliz aunque esto en ocasiones consista en no estar con nosotros.

Dejar ir a quien amamos sin que se sienta mal por dejarnos es el mayor acto de amor que podemos hacer por la persona que amamos.

También es el mayor acto de amor que podemos hacer por nosotros mismos.

Una relación durará lo que tenga que durar y lo único que podemos hacer es disfrutar de ella mientras la tengamos y cuidarla para que tanto la otra persona como nosotros estemos a gusto.

Pero si llegado el momento alguno de los dos decidiese romper la relación, a pesar de la tristeza que nos puede causar ese hecho, debemos aceptarlo y soltar pues intentar retener a quien no desea quedarse o el mantenernos en una relación en la que ya no deseamos estar,  nos producirá aún más dolor.

Eso es el amor y de esta manera aprendemos a amarnos a nosotros mismos y a los demás.

El dejar ir a quien ya no desea estar a nuestro lado nos da la oportunidad de conocernos mejor, de aprender lo que esa experiencia nos ha venido a enseñar sobre nosotros mismos, de valorarnos, de amarnos y cuidarnos y de prepararnos para la siguiente etapa que nos tocará vivir y que de nuevo nos volverá a aportar las enseñanzas que necesitemos para seguir creciendo y recordando lo que vinimos a hacer en esta vida que no es otra cosa que a APRENDER Y AMAR.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.