Nunca fuimos culpables de que no nos diesen amor

Todo lo que los ocurre durante nuestra existencia, solamente tiene una misión: llevarnos a vivir las experiencias que necesitamos para avanzar y trascender todas las heridas que debemos sanar.

Así nos encontramos con personas y situaciones que nos deberían de llevar a replantearnos que es lo que está sucediendo en nosotros cuando las vivimos y que nos llevan a sentir esas experiencias que en la mayoría de los casos nos causan dolor. 

Pero no nos enseñan a prestarnos atención a nosotros mismos. Es más nos manipulan para hacernos creer que si lo hacemos somos egoístas cuando la verdad es que si no lo hacemos, poco a poco vamos negándonos a nosotros mismos y siendo la causa de que nuestro cuerpo enferme.

Nos hacen poner la atención en las causas o en los causantes de lo que percibimos como una situación dolorosa y lo que pensamos es que debemos evitarlas cuanto antes, pues solo así dejaremos de sufrir. 

Y así no solamente no crecemos y obligamos a la vida a que nos vuelva a poner delante situaciones y personas semejantes para que podamos aprender la lección de nuevo, sino que no nos alejaremos del dolor porque cada vez sentiremos que la vida es más dura y nos encontraremos peor.

La única forma de evitar esto es centrarnos en ese dolor que estamos sintiendo y preguntarnos que es lo que en realidad nos está pasando porque lo que nosotros creemos que es la causa de nuestro dolor no deja de ser solamente una puesta en escena que nos pone delante una experiencia para que sanemos las heridas que llevamos con nosotros desde niños.

Todos las llevamos y todas las experiencias nos llevarán a que las trascendamos y nos reconozcamos como lo que verdaderamente somos y no como lo que nos hicieron pensar que éramos.

Todos somos dignos de amor solo por el hecho de haber nacido. 

Lo que nos llevó a no sentirnos reconocidos y dignos de amor nunca fue por nosotros. Nunca tuvimos nada que fuese la causa de que no nos pudiesen dar el amor que necesitamos cuando éramos tan vulnerables.

Las personas de las que dependíamos estaban en su propio proceso, en sus propias experiencias y nos dieron lo máximo que pudieron darnos.

Y no podemos cambiarlo.

Solo podemos cuidar de nosotros y darnos todo ese amor que vamos buscando que nos den los demás y que solo podremos encontrar cuando sanemos nuestras propias heridas y podamos amarnos a nosotros mismos con todo lo que somos y podamos hacer lo mismo con los demás. 

Mientras tanto la vida nos seguirá proporcionando experiencias para que aprendamos que solo nosotros somos capaces de procurarnos la felicidad que ya reconoceriamos que nos está desde siempre acompañando, si estuviéramos poniendo nuestra atención en nosotros mismos en lugar de centrarnos en los demás.

Cuanto antes aprendamos esto antes llegarán a nuestras vidas experiencias más saludables y que nos mostrarán lo que es vivir desde el amor y no desde el miedo que es lo que realmente sentimos cuando no nos enfrentamos a nuestro dolor.

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