Intentar convencer a alguien de algo que no puede ver como lo ves tú es una pérdida de tiempo y de energía que no lleva a ninguna parte.
La primera vez que me di cuenta de esto fue cuando decidí leer un libro de crecimiento personal a la vez que otra persona y compartir lo que pensábamos sobre lo que íbamos leyendo.
Me quedé muy sorprendida pues cada vez que nos reuníamos para compartir las enseñanzas que sacábamos de la lectura parecía que estábamos leyendo un libro diferente cada uno de nosotros.
Cada vez que recuerdo la cantidad de energía que he gastado en intentar que otras personas viesen algunas cosas de la misma forma que yo, me doy cuenta de que lo que estaba haciendo era esforzarme en algo que a lo único que me llevaba era a sentirme totalmente frustrada pues, no entendía el por qué a lo único que me llevaba era a que las otras personas se pusieran a la defensiva y que hasta me hablasen mal, en algunas ocasiones.
Ahora que sé que cada uno de nosotros tenemos un nivel de conciencia diferente, entiendo que al igual que yo no entiendía algunas de las cosas que antes desconocía y que ahora he aprendido tras las experiencias que he vivido, otras personas no tienen por qué entender de la misma manera que yo algunas de las cosas que pienso, siento y comparto.
Que al igual que yo he tenido un nivel de conciencia diferente al que tengo hoy y con bastante seguridad diferente al que tendré dentro de un tiempo, cada uno tiene el suyo y no tiene que coincidir con el mío.
Que no pasa nada porque alguien no piense o entienda las cosas como las pienso o entiendo yo.
Que es bueno que esto suceda porque es la única manera de crecer, cada uno a su ritmo y aportándonos diferentes puntos de vista unos a otros que nos hacen ser cada vez mejores.
Que cada uno entendemos lo que debemos entender desde nuestro propio nivel de conciencia porque es lo que necesitamos para nuestra propia experiencia personal.
Que compartir lo que pienso es lo que yo quiero hacer, pero que no soy responsable de lo que cada uno entienda y que en todo caso lo que le diga a cada uno lo que yo comparta o lo que diga nunca tendrá que ver conmigo sino con ellos mismos, pues el otro siempre es nuestro espejo.
Que lo que los otros piensen y digan sobre lo que yo pienso a mi me afecta si yo permito que lo hagan mis pensamientos sobre lo que yo interprete de sus comentarios pero que puedo controlar esos pensamientos y utilizar esos mismos comentarios para crecer y evolucionar.
Y en definitiva que cuando alguien me hace un comentario desagradable sobre lo que yo digo o sobre lo que publico no lo hago personal y dejo que la otra persona utilice su libertad para decir lo que piensa al igual que yo utilizo la mía y que cada uno viva su propia experiencia porque al fin y al cabo a eso es a lo que hemos venido todos.
Y como en esto también me incluyo y esas personas con sus opiniones también me aportan crecimiento personal solo me queda agradecerles sus comentarios al igual que a todos los demás que de alguna manera se cruzan en mi camino y me dan su amor de una manera más positiva.