Y después de otros quince días vuelvo a comprobar que comer sano y saludable da resultados.
Además de sentirme genial pues ya no tengo esa sensación de estar llena de gases y de ir a explotar, me siento ligera y no me canso como antes.
En esta ocasión al subir a la báscula he comprobado que he vuelto a perder peso.
En esta ocasión han sigo 600 grs. pero después de un cumpleaños y tres terrazas estoy contenta porque pensé que me conformaría con no haber cogido nada, así que genial.
También duermo mejor y mis horarios se han regulado.
Como os conté estoy procurando hacer el ayuno intermitente 14-10 aunque reconozco que a veces me está costando sobre todo ahora que ya empiezo a salir.
Pero lo que si hago como mínimo es el 12-12. Mi primera comida empieza a las 11:00 con un delicioso desayuno y luego sobre las 14:30 tomo mi comida, a las 17:30 la merienda y a las 20:30 mi cena para terminar mi alimentación diaria a las 21:00 y no volver a tomar nada hasta las 11:00 del día siguiente.
Claro que no me despierto a esa hora sino bastante antes y la verdad es que no me cuesta ningún trabajo esperar para tomar mi desayuno.
Además me sigo sorprendiendo porque a pesar de comer bastante menos cantidad en todas mis comidas no tengo nada de hambre.
Supongo que será porque como cada 3 horas y antes había veces que tardaba hasta 5 en no tomar nada, con lo que tenía bastantes ganas de comer y comía con ansiedad.
Además después de cenar y hasta que me acostaba que solía ser bastante tarde pues no dormía bien, hacía varios viajes al frigorífico.
Ahora todo eso se ha acabado y solo como cuando tengo que comer y la ansiedad ha desaparecido.
También influye el que como bastante fibra y eso también llena.
Cuando comía sin consciencia de lo que estaba metiendo en mi cuerpo curiosamente me sentía más hambrienta, tenía más ansiedad y comía bastante deprisa.
Ahora disfruto mucho comiendo.
Estoy descubriendo nuevos sabores y mi mente está más abierta a probar cosas que nunca antes habría probado.
Disfruto con las verduras y las frutas cuando antes para mi eran aburridas, aunque no me desagradaban y procuraba comerlas con frecuencia.
Pero ahora disfruto comprándolas, preparándolas, mezclándolas, cocinándolas y comiéndolas.
Lo mismo me sucede con todo lo demás.
Antes iba a comprar y lo hacía una vez a la semana, rápidamente y porque no tenía más remedio.
Ahora que no trabajo he descubierto también el placer de ir a comprar y disfrutar haciéndolo.
Me encanta esta nueva manera de alimentarme, de cuidarme y de darme amor.