No permitas que sufrir forme parte de tu vida

Llevo un tiempo en el que ya no me emociono cuando agradezco a la vida todo lo que me proporciona.

Es más se me olvida muchas veces hacerlo y cuando lo hago no siento realmente estar agradecida.

Supongo que será por lo de mi enfermedad.

Llevo un año y medio luchando con el cáncer y después de dos intervenciones y dieciséis ciclos de quimioterapia (aún me quedan dos) tengo que reconocer que me cuesta sentirme agradecida con la vida por lo que me está brindando últimamente.

Es cierto que aunque se complicó parece que en esta ocasión todo va bien.

Pero después de pensar que todo estaba solucionado tras la primera intervención y los primeros ciclos de quimio, que en la primera revisión te digan que tienes una metástasis te hace estar en una pseudorealidad que a veces hasta te hace daño.

Por que en realidad no se lo que va a suceder y en ese no saber también está la posibilidad de que no vuelva a mi cuerpo nunca más esta enfermedad.

Y a pesar de haber crecido mucho personal y espiritualmente y de haber pasado momentos también muy buenos tengo la necesidad de sincerarme y de contaros que en mi vida no todo es bonito.

Que tengo momentos duros como cualquiera y que los llevo lo mejor que puedo por que soy humana y tengo debilidades.

Los tóxicos que me curan tambien me causan secuelas que incluso puede que se queden para siempre.

El cansancio me impide hacer mi vida normal.

Pero me niego a sufrir.

El dolor está presente y no lo puedo evitar.

Lo acepto como parte de la vida pero el sufrimiento no permito que sea parte de ella.

Que no esté sufriendo se debe a que sé que soy yo la que me causaría ese sufrimiento por los pensamientos que yo proyectase si me quedase en la queja y en el sin sentido de echar la culpa a la vida o a cualquier otra cosa que se me ocurriera por esto que me está tocando vivir.

Disfruto de lo que la vida me presenta y también lo hago cuando como en este momento me siento más vulnerable.

¿Acaso está vulnerabilidad no es mía?

No tengo la necesidad de ocultarla porque no necesito demostrar que soy fuerte.

Soy muy fuerte y también soy muy vulnerable.

No es incompatible una cosa con la otra.

No tengo necesidad de ocultar nada de mi porque no soy perfecta.

Nadie lo es.

Tengo cosas que me encantan y cosas que no me gusta ver cuando me las reflejan los demás pero que reconozco que son mías y aunque no me gusten las abrazo y las acepto porque soy yo y también me proporcionan cosas positivas aunque al principio no fuese capaz de verlas.

El estar triste o enfadado es algo normal y no hay porque rechazar u ocultar estos sentimientos.

Dejarlos salir nos lleva a sentirnos en paz al ser coherentes con nosotros mismos.

A mi en este momento me cuesta agradecer a la vida todo lo que me da y me permito sentirlo porque asi estoy siendo coherente.

Se que tal vez esté siendo injusta con ella porque me proporciona muchas cosas que le tengo que agradecer pero en este momento no me sale y no tengo porque mentirme porque en el fondo si le miento a la vida me estaría mintiendo a mi misma y prefiero no hacerlo y no sufrir.

Se que más adelante volveré a sentir ese agradecimiento y así se lo haré saber y volveré a sentirme como ahora en paz porque estaré siendo coherente como lo soy ahora.

La vida está llena de momentos de todo tipo y nosotros debemos pasar por ellos.

Pero es nuestra decisión como lo hacemos.

Si nos sinceramos con nosotros mismos los pasaremos en paz aunque sean dolorosos.

Si no lo hacemos así nos causaremos a nosotros mismos y a los que más amamos sufrimiento.

Y yo no quiero esto ni para mi ni para las personas que amo.

Ya sufrí lo suficiente antes de aprender esta lección.

Sé que para amarme debo permitirme ser y ser conlleva aceptar y amar todo lo que hay en mi, incluida mi enfermedad y todos los sentimientos que me proporciona lo que vivo en cada momento.

Se que terminaré amando y agradeciendo todo esto que ahora me está tocando vivir aunque ahora se me escape de las manos a pesar de todo lo bueno que me está proporcionando también.

Como siempre os digo nada es solamente bueno o solamente malo. Todo tiene de todo.

Y no creáis que tiene que ver con mi completa curación que por supuesto que es lo que me gustaría que sucediera.

Es algo que va más allá.

No sé qué va a suceder en el futuro y tampoco me preocupa en este momento.

Lo que si sé es que lo que suceda, quiero vivirlo desde la conciencia de saber que son mis pensamientos los que harán que yo me sienta feliz y en paz o por el contrario que sean la causa de mi sufrimiento.

Sólo así podré disfrutar de esta experiencia que decidí vivir y que me está aportando mucho más de lo que me esperaba.


¿El enamoramiento es el verdadero amor?

Que nos atraiga una persona es el primer paso hacia lo que puede ser una relación de pareja si la atracción es correspondida.

Pero esa fuerte atracción que sentimos por alguien al principio de la relación y que nos mantendrá en el séptimo cielo mientras dure, no pasa de ser una primera etapa: el enamoramiento.

Además será la que determine si la relación puede llegar a más o si cuando pase y por fin abramos los ojos concluiremos que nuestro camino y el de la otra persona tienen que continuar por separado.

Es cierto que este periodo es el que más nos atrae porque principalmente el cuerpo se nos revoluciona por entero y durante un tiempo más o menos largo nos convertimos en seres diferentes.

Es por este motivo que muchas personas se refieran al enamoramiento como si se tratara del verdadero amor y piensen que tenga que ser eso lo que se sienta continuamente en una relación amorosa.

Incluso hay personas que van buscando relaciones cortas que no pasen de esa primera etapa para que esas sensaciones nunca se acaben.

Cuando nos enamoramos vivimos un permanente sueño.

Nos ilusionamos con esa persona que apenas conocemos y pensamos que eso tan fuerte que sentimos por ella puede perdurar en el tiempo y por lo tanto convertirse en el amor de nuestras vidas.

Claro que todo esto lo pensamos cuando nuestra ilusión nos lleva a idealizar a esa persona que vemos tan interesada en nosotros y que tanto nos atrae.

Casi todos nos comportamos de manera diferente cuando estamos en sociedad a como lo hacemos cuando estamos solos o con gente muy cercana como nuestra propia familia por ejemplo.

Solemos mostrar socialmente nuestra parte más atrayente. La que más nos gusta pues lo que pretendemos es agradar y caer bien en general.

Pero esa parte nuestra que no mostramos porque no nos resulta agradable no podemos ocultarla durante mucho tiempo porque en realidad, aunque nos moleste aceptarlo es parte de nosotros.

Las partes que nos gustan y las que nos desagradan somos nosotros y querer ocultar cualquiera de ellas es señal de que no nos aceptamos plenamente y será nuestro mayor motivo de sufrimiento, aunque las personas que no sean conscientes de la realidad se empeñen en encontrar culpables de ese sufrimiento siempre a alguien de fuera.

Por este motivo cuando vamos conociendo al otro llegamos a ver esas partes que se empeña en ocultarnos y el otro ve esas mismas partes de nuestro ser que nosotros también nos empeñamos en que no conozca.

Y el embrujo del enamoramiento empieza a desaparecer y comenzamos a ver a la otra persona de otra manera. Ya no es tan maravillosa y nos comenzamos a plantear si tendremos futuro con ella.

Y claro a la otra parte le sucede lo mismo.

Esto puede hacer que nos posicionemos donde no debemos hacerlo, es decir en protegernos ante lo que percibimos como ataques por parte del otro cuando lo que en realidad lo que nos está mostrando es lo mismo que le mostramos nosotros que no es otra cosa que el miedo que nos producirá su rechazo si como vamos percibiendo llega a ver esa parte tan horrible para nosotros y que ya empezamos a mostrar.

Pero no nos preocupemos porque esto tiene solución aunque para llegar a ella tendremos que plantearnos primero ¿qué es el amor para nosotros?

Porque la mayoría no nos lo planteamos y creemos que es lo que vemos en las películas porque en general lo que la mayoría de nosotros hemos vivido en nuestras casas no son relaciones precisamente de amor sino de dependencia o de interés y esto nos lleva a idealizar esos finales felices de historias de amores difíciles que nos hacen pensar que serán felices y comerán perdices para siempre como en los cuentos.

Y lo primero que nos deberiamos plantear es si de verdad necesitamos a otra persona para ser felices.

Por que si la respuesta es sí, entonces tendremos un problema porque atraeremos a nuestras vidas a personas que piensen igual que nosotros y tendremos una relación en la que creeremos que es responsabilidad del otro el que seamos felices sin darnos cuenta de que el otro también esperará lo mismo de nosotros y lo que conseguiremos será una relación llena de reproches de uno hacia el otro porque nunca nadie nos podrá dar al igual que nosotros no podremos nunca darle lo que realmente necesitamos cada uno de nosotros que no es más que amarnos a nosotros mismos y no depender de que nadie nos ame para ser felices.

Asi que antes de tener una relación de amor con alguien deberíamos tener una relación de amor con nosotros mismos.

¿Y como se consigue eso?

Pues iremos por partes pues este post se está alargando y creo que con lo que ya he planteado en el es suficiente de momento para que hagamos una profunda reflexión sobre esto.

En el próximo blog contestaré a esta pregunta.

Espero que os interese.