Ayer fue un día importante para mi.
Mi miedo se desvaneció cuando vi la cara sonriente de mi oncóloga dándome buenas noticias.
Todo está bien y continuamos con las seis sesiones de quimioterapia que faltan para completar el tratamiento.
Otro paso adelante.
Otro objetivo conseguido.
Una tregua para continuar creciendo con mi personaje actual.
Otra oportunidad para agradecer a la vida todo lo que me envía.
Gracias vida.
Gracias por ayudarme a sincerarme conmigo misma y conocerme aún más.
Gracias por darme la oportunidad de saber que puedo disfrutar de tí aún en las circunstancias más adversas.
Gracias por permitirme evadirme cuando no he podido hacer frente a lo que me venía y darme el tiempo que he necesitado para poder hacerlo.
Gracias por tu paciencia y tu constancia para hacerme comprender que estar viva significa mucho más de lo que yo creía.
Gracias por no desistir en tu empeño de conseguir que me rindiese a admitir, que siempre he sido la mejor versión de mí y que nunca fui culpable de nada, pues no lo supe hacer mejor cuando no era consciente de lo que si soy ahora.
Gracias por la dulzura y también por la dureza, que en ocasiones te obligué a mostrar y con las que me has hecho aprender todo lo que sé y que me ha transformado por completo.
Y gracias por amarme y aceptarme tal y como soy en cada momento.