Si, yo también fui de las que creen que pueden ayudar y cambiar a los demás para que sean felices.
De las que se empecinan en mantener relaciones con personas que son insufribles porque veía su dolor y pensaba que podía ayudarles.
De las que en lugar de protegerme y poner límites a sus acciones me quedé por que creí que me necesitaban y que yo podría conseguir que cambiaran esa visión tan negativa que tenían de sus propias vidas.
Durante mucho tiempo pensé de esta manera y no fui feliz.
Ignoraba que me sucedía para que todas mis relaciones aunque pareciesen diferentes al final me hiciesen sentir lo mismo: que no me amaban.
Me costó mucho tiempo descubrir que en el fondo a mi me estaba sucediendo lo mismo que a ellos.
A mi también la vida me estaba poniendo personas que me lo estaban haciendo pasar mal.
Yo misma no podía estar sola sin sentirme desdichada y deseaba encontrar esa pareja que me diese todo el amor que yo necesitaba para ser por fin feliz.
Yo no sabía que también les hacía sentir mal por mi propia necesidad de sentirme aceptada y amada por ellos.
Este motivo era el que me estaba llevando a que me necesitaran y así me quisieran y no desearan dejarme.
Creía que yo estaba ofreciendo amor desinteresadamente y tuve que reconocer que daba lo que yo tenía a cambio de que me amaran.
Y lo que yo tenía no era amor sino necesidad de sentirme amada.
Desconocía también que cuando alguien no es feliz por si mismo, no puede ofrecer a alguien lo que no tiene.
No sabía que el amor consiste en aceptar y respetar al otro sin querer cambiarle y aceptarme y respetarme también a mi y no permitir que alguien no me acepte y me respete.
Ignoraba que todos ellos no eran más que un reflejo de mi misma que la vida me ponía por delante y que estaban mostrándome como me estaba sintiendo conmigo misma.
Como yo no me estaba amando.
Ahora que lo sé, cuando alguien se me acerca tengo muy presente que va a mostrarme como me encuentro yo, como me trato yo y cuanto amor me doy a mi misma.
Será la ocasión de observar si verdaderamente me acepto y me amo.
Si lo hago aceptaré la forma de ser de la otra persona aunque no me guste.
Le respetaré y no pretenderé cambiarle.
Y le amaré permitiéndole ser como es aunque no pueda permitir que permanezca en mi vida.