Hace unos días una amiga me hizo este comentario en uno de mis post:
«Pienso que la vida es dura y en verdad todo pasa por alguna razón buena o mala pero ¿por qué tanto desequilibrio? Hablo por mi. Veo que todo es sacrificio. Al final sientes que no has hecho nada. Que el miedo y la inseguridad te atraparon y piensas que no valió la pena nada. No se, estoy muy confundida con la vida. En verdad cuando nacemos pobres de dinero es tan difícil abrirse caminos. Será que tiene que ser así»
Me gusta compartir con vosotros estos comentarios y mis respuestas porque me dan pie para poder hablaros de algo que yo también sentí en un momento de mi vida y que creo que es muy común.
Cada uno de nosotros percibimos nuestra propia realidad.
Esta realidad subjetiva y personal que cada uno percibimos está basada en las interpretaciones que hacemos de las cosas que nos suceden a través de nuestros pensamientos y nuestras creencias.
La realidad siempre es neutra.
Las cosas suceden por alguna razón y nosotros interpretamos eso que sucede a nuestra manera creando así nuestra realidad.
Ahora bien, nosotros tenemos dos maneras de poder ver la vida y eso tiene que ver directamente con lo que otros nos han enseñado que es y con nuestras propias experiencias, basadas en esos pensamientos que nos han hecho tener sobre en que consiste la vida.
Voy a poner un ejemplo.
Si desde pequeños han confiado en nosotros y en nuestras facultades para salir adelante confiaremos en que podremos resolver cualquier situación que se nos presente solos o buscando la ayuda que necesitemos.
Si por el contrario nos han hecho percibir la vida como difícil o peligrosa viviremos temiendo cualquier cambio que se produzca en nuestra vida por el temor de que nos puede pasar.
Esta fue la respuesta que le di a esta amiga:
Cuando percibimos nuestra realidad desde el miedo sentimos carencia en todos los sitios. Creemos que nunca tendremos suficiente amor, dinero, personalidad, inteligencia…
Entonces pensamos que todo esto se debe a la mala suerte sin darnos cuenta de que lo que percibimos fuera es tan solo un reflejo de como nos sentimos por dentro.
Te invito a que cuando acabes veas también este post
¿Sientes la abundancia que hay en tu vida?
El dinero no da la felicidad.
Es cierto que nos aporta comodidades y lujos que no podemos disfrutar si no lo tenemos, pero la felicidad no tiene que ver con nada de eso.
Es feliz el que se siente a gusto con lo que tiene y disfruta de lo que la vida le brinda.
Pero para eso tenemos que vivir desde el amor.
Para vivir desde el amor lo primero que debemos hacer es dejar de culpar de nuestra situación a todo lo que hay fuera de nosotros, responsabilizarnos de las decisiones que tomamos y asumir sus consecuencias.
Todo lo que ves fuera de ti son las consecuencias de decisiones que tomaste en el pasado inconscientemente.
Acepta que no eres perfecta y que lo que te aportan las situaciones que vives son experiencias de las que tienes que aprender.
Supera las limitaciones que te proporcionan las creencias que otros te han proporcionado sobre ti misma y sobre lo que es la vida.
Amate con todo lo que eres, tus cosas buenas y las que no consideras que lo sean.
Cambia las que creas que debes cambiar y acepta las que no puedas y ámalas porque son parte de ti y tu eres amor ya tal y como eres.
Créeme cuando te digo que tienes todo lo necesario para ser feliz, tan solo necesitas hacerte consciente de ello.
¿Y tu que piensas?
Déjame tu comentario. Me interesa conocer tu opinión.