No suelo ver televisión pero he visto en un par de ocasiones un anuncio que me ha hecho pensar.
La verdad es que no estoy segura de lo que anuncian, porque no me interesa.
Lo que llamó mi atención fue una niña muy pequeña completamente mojada bajo la lluvia y totalmente emocionada con lo que está viviendo en ese momento.
La cara de felicidad que refleja ante la maravilla de lo que está viviendo al sentir el agua de la lluvia en su cuerpo me hizo pensar en todo lo que podemos disfrutar de la vida y que nos perdemos.
Comentando el anuncio con la más pequeña de mis hijas que se encontraba conmigo en ese momento, le dije que me encantaba ver a esa niña de no más de dos años y lo que me estaba trasmitiendo.
Cómo estaba disfrutando y mostrando la emoción y felicidad que algo tan sencillo y cotidiano le estaba proporcionando.
Esa niña era capaz de disfrutar de esos instantes porque no tenía nada más en su cabeza en ese mismo momento en que lo que estaba viviendo.
Cualquiera de nosotros no sería capaz, y de hecho no lo hacemos, porque tendríamos la cabeza llena de cosas como: me voy a enfriar, voy a empaparme, me voy a despeinar, estaré horrible con estos pelos, me ha dejado en casa el paraguas, vaya cabeza que tengo, llegaré tarde y así un montón de pensamientos todos ellos además que nos hacen sentir emociones negativas, ante algo que de poder quitar todos los juicios que hacemos continuamente ante todo, podríamos contemplar como lo hace esa niña del anuncio, con la inocencia de descubrir todo lo que nos ofrece la vida.
Las ideas que tenemos sobre lo que es ser felices nos impiden disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
En las sociedades avanzadas nos han inculcado la idea de que la felicidad nos la proporcionan cosas materiales.
Y la felicidad consiste en saber disfrutar de todo lo que nos presente la vida tanto de las cosas más sencillas como las más grandiosas.
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Disfrutar de la vida es nuestra misión
Saber disfrutar se nos hace muy difícil porque no nos lo permitimos al pensar que las cosas tienen que ser como nosotros deseamos que sean.
Para disfrutar como lo hace la niña del anuncio y cualquier niño pequeño, incluidos nosotros cuando lo fuimos, no debemos de tener ningún tipo de juicio sobre lo que esté sucediendo.
Aceptar que la vida tiene cosas que nos parecen agradables y otras que no, nos evita sufrir.
Saber que no podemos tener las unas sin las otras nos pone en la realidad.
Lo único que podemos hacer con ellas es disfrutar de las que nos agradan y poner límites y no quedarnos apegados a las que nos parezcan desagradables para poder soltarlas.
Contemplar todo lo que la vida nos trae como una oportunidad para disfrutar y para aprender sobre nosotros mismos y deshacernos de creencias que nos limitan y nos hacen percibir la vida como algo dura y negativa, además de aportarnos una visión acertada de lo que hemos venido a hacer aquí, nos permite conectarnos con lo que verdaderamente somos.
También nos permitirá alejarnos de la visión desacertada que desde pequeños nos hemos ido formando sobre lo que es estar vivos.
Todos estamos aquí por un motivo. Todos tenemos una misión.
Reencontrarnos con nosotros mismos y descubrir que es lo que vinimos a hacer es lo primero que necesitamos para poder ser felices.
Solamente cuando hagamos esto podremos disfrutar de la vida.
¿Y tu que piensas?
Me interesa conocer tu opinión. Déjame tu comentario.
¿Sabías que lo único que te separa de conseguir lo que deseas son tus propias limitaciones?