Descubrir cosas de nosotros que no nos gustan y que precisamente por eso nos esforzamos en esconder para que nadie vea, puede llevarnos en algunos casos bastantes años.
Y digo descubrir porque en realidad, suelen ser cosas que nosotros ignoramos conscientemente que sean nuestras y que nos causarían dolor aceptar.
Puede que parezca absurdo lo que voy a decir, pero una de las cosas que más nos cuesta reconocer, es lo que somos capaces de sufrir para no sentir que sufrimos.
Parece algo incongruente a simple vista pero no es así.
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Todo empieza cuando somos niños, cuando por diversas razones sentimos que sufrimos un dolor emocional, y ese dolor sobrepasa lo que nuestra razón puede entender con los conocimientos que se tienen a tan corta edad, tendemos a reprimir esa emoción y a base de repetir esto durante toda nuestra vida, nos convertimos en unos maestros en negarnos a nosotros mismos nuestras emociones.
Lo hacemos tan bien, que hasta llegamos a ignorar que lo estamos haciendo.
Este es el motivo de que tengamos que descubrir algo que nosotros mismos creamos de forma tan automática que nos permite desconocer que lo estamos haciendo.
De esta manera conseguimos una manera segura de no sufrir cuando creemos que alguien intenta hacernos daño.
Por ejemplo, si un amigo hace un comentario sobre sobre algo que no nos gusta, utilizamos nuestro escudo reprimiendo la emoción que nos causaría el dolor de reconocer esa misma emoción.
Es decir si nos causa enojo lo reprimimos y hacemos como si no nos importara el comentario. Para ello recurriremos a distintas técnicas: haremos como si no lo hubiéramos oído, cambiaremos de conversación, gastaremos una broma que nos haga salir de esa situación incómoda, etc.
Tan efectivo es el sistema que nos permitimos utilizarlo como escudo protector, no solamente ante una situación en la que creemos que podemos sufrir, sino de manera general ante cualquier contexto que nos pueda poner en riesgo de que alguien o algo nos cause un posible sufrimiento.
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¿Piensas que la vida es sufrimiento?
Por ejemplo, si pensamos que el amor nos causa sufrimiento nos cerraremos a sentir esa emoción para evitar ponernos en peligro ante cualquier persona que conozcamos que nos pueda llegar a causar ese sentimiento.
Como en el caso anterior, al no hacerlo conscientemente, pondremos cualquier excusa para lograrlo y esa excusa será completamente racional: no es la persona adecuada, estoy muy bien solo, ahora no es el momento, tengo mucho trabajo y no tengo tiempo, etc.
Realmente son excusas que nos proporcionarán la coartada perfecta para lograr lo que verdaderamente nos importa: no ponernos en una situación que nos pueda causar dolor emocional.
Y así pasamos años y años, sin darnos cuenta de que lo que estamos haciendo para no sufrir, nos causa más sufrimiento que si nos relajáramos y dejásemos fluir las cosas de forma natural.
Estar protegiéndonos constantemente es el resultado de percibir la vida como peligrosa y ver a los demás como posibles enemigos.
El estar constantemente en guardia nos hace sufrir aunque no lo sepamos, porque nos priva del placer de ver la vida como realmente es: maravillosa.
Nos hace volvernos insensibles y no poder apreciar los diferentes colores y matices que tiene el cuadro que vamos pintando con nuestra propia vida.
Nos hace no darnos cuenta y que no agradezcamos todas las personas y cosas que tenemos y que centremos nuestra atención en las que nos faltan.
En otras palabras, nos negamos a nosotros mismos disfrutar del privilegio de estar vivos y de conocer lo que es amar y ser amados.
Y tu, ¿qué piensas?
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¿Sabes cómo nos influyen las creencias que nos enseñaron?
en la vidad desde pequeño nos enseñan a sufrir , no a ser felices con lo que tenemos , por eso desdfe que e vivido mi vida ya tengo 47 años solo se que la vida hay que vivirla todos los dias como si fuera el ultimo dia , porque hoy es el presente mañana no sabemos y el futuro mucho menos hay que vivir todos los dias como si fuera el ultimo y difrutarlo a maximo ya sea solo o acompañado.
Aprendiste una gran lección Jacquelin