Cuando llegué a este mundo desconocía como funcionaba.
Cuando tenía alguna necesidad lloraba y me era satisfecha.
Todo eran caricias y risas. Vivía feliz.
Después me fueron enseñando como había que hacer para aprender a (sobre)vivir en esta vida y continuar «siendo feliz»
Lo primero que me enseñaron era que algunas de las cosas que hacía no debía de hacerlas.
Nunca supe realmente el motivo de por qué algunas cosas estaban bien y otras no, pero cuando hacía las que estaban mal las personas que más amaba se enfadaban conmigo mostrándome su desaprobación.
Así fue como aprendí que había que hacerlo todo perfecto si quería ganarme la aprobación de los demás y que estuvieran contentos.
Lo siguiente que me enseñaron era que si no hacía las cosas como se esperaba que las hiciera, los demás se sentirían mal y se enfadarían.
Así aprendí que cuando hacía algo que no debía me sentiría culpable por hacer que las personas que quería se sintieran mal.
Me enseñaron también que cuando esto sucedía además merecería un castigo que me hiciera sufrir.
Así aprendí que esta vida era dura pues se pagaba caro el equivocarte o trasgredir las normas.
Me enseñaron que tenía que hacer lo que algunos pensaban que era lo mejor para todos.
Así aprendí que tendría que someterme y hacer lo que los otros quisieran para sentirme aceptada.
Me enseñaron que tenía que ser igual que todos porque si era diferente los demás me rechazarían y me lo harían pagar caro.
Así aprendí que solamente negándome a mi misma podrían amarme.
Durante años sobreviví en este mundo de esta manera pero descubrí que todas esas cosas no me hacían feliz, sino todo lo contrario.
Me sentía cada vez más vacía y peor conmigo misma y con la vida.
Y comencé a buscar el por qué me sentía así.
Fui haciéndome preguntas, buscando y encontrando respuestas.
Y entonces descubrí que la vida no es lo que me habían dicho que era.
Que nada es como me dijeron.
Que la vida soy yo y como percibo, interpreto y reacciono ante todo lo que me sucede.
Que lo que yo pensaba que era la vida, estaba basado en lo que otros me habían dicho que era y que yo había dado por sentado.
Descubrí que soy la creadora de mi propia vida.
Que lo que había vivido hasta ese momento era la creación que había hecho de manera inconsciente, pues ignoraba que era yo la que lo estaba creando.
Que siempre había buscado fuera de mi tanto lo que me podía hacer feliz, como los culpables de que no lo fuera.
Y que la causa de mi sufrimiento era precisamente el resistirme a aceptar algunas de las cosas que la vida me presentaba.
Cuando fui consciente de todo esto empecé a responsabilizarme de todas las decisiones que había tomado hasta ese momento.
A perdonar a las personas que me habían enseñado lo que ellos pensaban que era la vida pues comprendí que esa manera de verla a ellos les causaba sufrimiento.
A perdonarme por haberme causado daño a mi misma y a otras personas al no haber podido actuar de otra manera por mi desconocimiento.
Comencé a conocerme, porque no sabía ni quien era realmente.
Comencé a aceptarme con todo lo que soy («bueno y malo») y a amarme totalmente.
Y entonces volví a nacer de nuevo pero esta vez desde la consciencia de saber que todo lo que me presenta la vida son las experiencias que yo necesito para crecer y ser mejor.
Y además para que mi paso por esta vida sirva también para aportar mi granito de arena y que este mundo en el que vivimos sea mejor.
¿Tú qué piensas?
Déjame un comentario. Me interesa tu opinión.
¿Sabías que una de las heridas emocionales que nos causan sufrimiento es el miedo al abandono?
Realmente nos enseñan muchas cosas , bajo las vivencias de otros , por eso la mayoría de las veces nos sentimos insatisfechos .
A mi me gustaría aprender , no se de quién , de dónde ni de cómo , a vivir con mi fortaleza , esa que tengo oculta en algún rincón escondido de mi ser . Seguramente sería más feliz y no me haría sentir esta angustia que llevo dentro , frente a situaciones difíciles e incontrolables ,que hacen que la noche no tenga fin y el día no tenga aire.
Estás en el Camino Rocío. Eres consciente de que los cambios tienes que hacerlos en ti y ese es el principio de todo. Buscas respuestas y las encontrarás. Además no nos sirve a todos lo mismo. Cada uno debemos encontrar las respuestas en lo que resuene con nosotros. Es un largo proceso en el tendrás muchas satisfacciones. Enhorabuena por haberte despertado y ánimo porque lo peor ya ha pasado.
Buen día Rosa, me siento muy identificada en este tema. Cuanto daño nos ha hecho traer el librito incorporado de las enseñanzas de otros, o de nuestros mayores.
Cuesta mucho un cambio cuando ciertas enseñanzas están tan adosadas a nosotros. Un cambió bueno para nosotros, cierto es que lleva culpabilidad…..y que pensamos que decepcionamos a los demás. Es triste que si lo llevamos acabo, se confunda y hasta se nos acuse de egoismo propio. Estoy de acuerdo en que debemos cambiar muchas cosas, pero.cuesta mucho. Cuál sería el punto ideal para estar bien con los demás y sentirse bien uno mismo.?
Yo pienso Carmen que ese punto justo lo alcanzamos cuando nos amamos a nosotros mismos. Cuando sabemos que tenemos que cuidar de nosotros y que cada uno es responsable de cuidar de si mismo. Es entonces cuando nos respetamos y respetamos a los demás y aceptamos que aunque sean diferentes a nosotros tienen el derecho a vivir su propia experiencia aunque nosotros no la entendamos. Y nosotros recibimos el.mismo respeto por su parte con la nuestra.