Las personas sobreprotectoras pretenden evitar el sufrimiento de las personas que aman creyendo que en esto consiste el amor.
Pero es que tenemos que tener claro que amar a alguien es permitirle ser quien es, aceptarle y confiar en su propio crecimiento, en su propia capacidad para salir de cualquier problema y evolucionar.
Nos hace un flaco favor el que nos sobreprotege creyendo que lo hace desde el amor cuando realmente lo está haciendo desde el miedo.
El miedo a su propio sufrimiento.
El miedo a aceptar que no puede controlar absolutamente nada.
El miedo a soltar y a confiar en el otro y en su propio proceso.
Esa persona sobreprotectora lo único que consigue es entorpecer la rendición de nuestro ego para aceptar lo que realmente somos y alargar nuestro sufrimiento y el sufrimiento de las personas que tenemos a nuestro alrededor, incluyendo el suyo propio.
La sobreprotección al intentar evitar la frustración lleva a la persona sobreprotegida a no vivir en el mundo real.
Le lleva a no aceptar las negativas que la vida nos muestra a todos de vez en cuando y que a la mayor parte de nosotros nos sirven para motivarnos a buscar soluciones y a crecer.
A la larga le lleva a volver toda esa rabia que siente, por su incapacidad de luchar, hacia las personas sobreprotectoras que le hicieron ver un mundo en el que todo era fácil y le aportaban seguridad y placer, exigiéndoles que les libren del dolor de no poder aceptar ese mundo que ahora perciben como amenazante y doloroso.
Y todo ese sufrimiento que intentaron evitar se vuelve contra las personas que sobreprotegieron y que ahora se sienten desbordadas con la situación.
Las personas sobreprotectoras aguantan situaciones dolorosas por no poner límites.
Su miedo les hace pensar que el poner límites a las personas que quieren sería no amarles.
Creen que el amor a sus parejas, hijos, padres y las personas importantes de sus vidas conlleva el permitirles sobrepasar y pisotear sus propios derechos.
Ignoran que al permitir que lo hagan, además de miedo, lo que muestran es el poco amor que se tienen a si mismas.
No podemos dar lo que no tenemos.
No podemos dar amor a otros si no tenemos amor para nosotros mismos.
Estas situaciones tienen que ver con la dependencia no con el amor.
Una persona que se ama no permite que los demás no le traten con respeto y con amor.
Amar a alguien es dejarle que vea lo que en realidad está sucediendo y el sufrimiento que se está causando a si mismo y a los demás.
También es hacerle ver las consecuencias que ello conlleva.
Amar a alguien es permitirle ver lo que sus propios actos están causando y dejarle que tome la decisión de seguir haciéndolo o de cambiarlo.
Las personas que verdaderamente nos aman nos pondrán límites porque amándose a si mismas nos estarán enseñando a amarnos a nosotros mismos y a los demás.
¿Tu que piensas?
Déjame un comentario. Tu opinión me interesa.
¿Sabías que cuando pones límites le estás enseñando a amar a la otra persona?
Amar poniendo límites. Como madre creo falle con mi hijo de 16 años, no lo hice a tiempo y como me cuesta ahora
Todos damos y hacemos lo que podemos en el momento en el que lo estamos dando. El que no hayas podido hacer otra cosa no te tiene que hacer sentir mal, sino que te tiene que servir para darte cuenta que al igual que entonces no pudiste hacer algo que desconocías, ahora, en este momento presente, si lo puedes hacer y cambiar aquello que no te dio el resultado que tu esperabas y que ahora si puedes hacer.
Gracias, con tu respuesta me doy cuenta que el presente es el tiempo a vivir, y es ahora cuando el sentido de mi vida comienza a fluir.
Me alegra saber que lo sientas así. Un abrazo