Así creas tu vida

 

Muchos ignoran que además de nuestra parte física, la que podemos percibir por nuestros cinco sentidos, también tenemos una parte espiritual que solo podemos percibir a través de lo que conocemos como intuición.

Vivimos en sociedades muy distintas, con creencias y costumbres diferentes. Esto nos lleva a percibirnos aún más como seres separados y a pensar que nuestras ideas son mejores que las de otros y que además son la única verdad.

En esto han influido mucho las religiones. El ser humano se ha servido de ellas durante siglos para manipular a las masas a través del miedo y se han desvirtuado tanto que han perdido su verdadera esencia que no es otra que la de mostrarnos lo que en realidad somos: uno con el todo.

Esto ha favorecido también el que muchas personas rechacen las religiones pues ya no las relacionan con guías espirituales sino con todo lo contrario y por lo tanto a rechazar también la espiritualidad.

El negarnos a admitir que somos espirituales nos trae sufrimiento pues nos aferramos a identificarnos únicamente con nuestra parte material, que en realidad es tan solo una pequeña parte de lo que somos. Al hacer esto ponemos nuestro foco de atención en lo que sucede fuera y nos negamos a admitir nuestra responsabilidad en lo nos está sucediendo y que nosotros mismos estamos creando.

Creamos a través de nuestros pensamientos. De las interpretaciones que hacemos de todo lo que nos sucede.

Ante un mismo hecho distintas personas lo interpretarán de manera diferente pues la percepción de lo que cada uno de nosotros consideramos realidad, siempre es subjetiva y está basada en nuestra propia manera de pensar. Por eso todos pensamos que tenemos razón y que los demás son los que están equivocados y tienen que cambiar.

Somos los creadores de nuestra vida y todos las personas que se cruzan en nuestro camino no son más que personajes, que nos vienen a mostrar partes de nosotros que aún desconocemos que tenemos y que además nos negamos a admitir.

¿Como lo hacen? Siendo ellos mismos. Somos nosotros los que interpretaremos lo que pensamos que está sucediendo y crearemos así nuestra realidad.

Nosotros haremos exactamente lo mismo con los demás. En su vida somos uno de los personajes que les reflejarán lo que ellos necesitan aprender.

Lo que estos personajes nos vienen a enseñar es lo que necesitamos para reconocernos a nosotros mismos como una pequeña parte de ese gran creador que lo ha creado todo y por lo tanto a la vez el mismo creador.

Desde el punto de vista de una persona que contempla solamente la parte física de este mundo en el que vivimos es muy difícil llegar a admitir esto.

Por ese motivo nos encontramos con que la mayoría de las personas están muy perdidas. No encuentran ningún sentido a lo que les está pasando pues, al poner su atención fuera, lo que ellos perciben es que este mundo es hostil. Las personas que tienen una actitud pasiva se conforman y se adaptan pensando que en esta vida venimos a sufrir y las que se resisten luchan activamente contra el sistema pensando que así podrán cambiarlo.

Lo que vemos fuera no es más que un reflejo de como estamos nosotros por dentro. De como pensamos, sentimos y actuamos.

El mundo dual en el que vivimos nos hace percibirnos como separados de la unidad que somos con todo.

Nos hace polarizar y situarnos en los extremos. Nos hace percibir por ejemplo la luz y la oscuridad como cosas diferentes y no como los dos polos opuestos de una misma cosa, pues no puede existir una cosa sin la otra.

Lo mismo nos sucede con el bien y el mal. Nos gusta identificarnos con lo que nosotros consideramos que es bueno  y sentirnos separados de lo que consideramos malo cuando las dos partes están en nosotros pues no pueden existir la una sin la otra.

El negarnos a reconocer partes de nosotros que no nos gustan nos hace percibirnos como seres imperfectos y pensar que necesitamos ser castigados por ello. Nos hace sentirnos culpables de ser unas malas personas y lo ocultamos tanto que hasta llegamos a no percibir conscientemente esa parte y rechazarla.

Pero nosotros somos amor y nunca llegaremos a saberlo si nos negamos a nosotros mismos al ocultar esa parte tan nuestra y que consideramos tan horrible.

Por ese motivo los personajes de nuestra creación nos muestran constantemente esas partes que nos empeñamos en ocultar para evitarnos el dolor que nos supone el no amarnos a nosotros mismos.

No hay enemigos fuera. Es la visión de nuestros propios miedos reflejada en los otros para que la aceptemos y nos amemos con todo lo que somos, con todo lo que fuimos y con todo lo que seremos.

La única finalidad que tenemos en esta vida es esta: aprender a amarnos.

Cuando nos aceptemos completamente y nos amemos acabará nuestro sufrimiento.

Ya no necesitaremos hacer esa creaciones para que nos muestren esas partes que ya habremos integrado y amado y crearemos otras que necesitaremos para trascender cosas diferentes.

¿Y tú qué piensas?

Déjame tu comentario. Me interesa tu opinión.

En este vídeo podrás ver como creamos nuestra realidad.

 

 

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