Todas las cosas que nos van sucediendo, todas las personas que se cruzan en nuestro camino, todo lo que nosotros consideramos «bueno» y todo lo que catalogamos de «malo»… todo, absolutamente todo nos habla de nosotros.
De si nos amamos o no.
De si estamos a gusto con nosotros mismos.
De si somos coherentes con lo que pensamos, sentimos y hacemos.
La vida siempre nos pone delante, a través de todas estas cosas, algo que nos está produciendo malestar y que nos lleva a sufrir.
Algo que nosotros creemos que está afuera y que culpabilizamos como la causa de ese dolor que sentimos.
Mientras no seamos capaces de preguntarnos que es lo que esa situación o esa persona nos esta enseñando sobre nosotros mismos y sigamos echando la culpa de todo lo que nos sucede a algo o alguien externo, no aprenderemos lo que la vida nos está intentando enseñar y continuaremos sufriendo.
¿Y tu que piensas?
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¿Sabías que ninguna de las personas que está en tu vida lo están por casualidad?