Durante años sentí un vacío en mi vida. Algo que siempre me faltaba. No sabía dónde buscar. Ni tan siquiera sabía que andaba buscando pero me sentía incompleta.
Entonces ignoraba que estaba buscando sentirme amada.
Hay poco que dar cuando uno se siente vacío. Se te pasa la vida intentando llenar ese enorme hueco que nunca llega a estar ni tan siquiera por la mitad.
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No podemos amar sin ser generosos
Cuando se nos ha aprobado solo en el caso de que hiciésemos lo que se esperaba de nosotros crecemos con miedo y eso nos hace ver la vida desde la carencia.
Buscamos siempre la aprobación de los demás y para conseguirlo nos anulamos.
No decimos lo que realmente pensamos por miedo a que nos desaprueben. Nos ponemos una máscara todos los días y hasta llegamos a creer que somos ese personaje inventado que además parece muy seguro de si mismo.
Lo que de niños hacemos para asegurarnos el cariño de personas adultas significativas en nuestras vidas como poner siempre buena cara , ser «buenos y obedientes» (en otras palabras: reprimir nuestros sentimientos) llega a hacerse un hábito que seguiremos realizando durante toda nuestra vida en todos los niveles en los que nos relacionemos.
Llegamos a meternos tanto en el papel que nos creemos que somos realmente el personaje.
Y mientras nos sigamos empeñando en no ser nosotros mismos nunca seremos amados porque nadie puede amar algo que es falso. En lo más profundo de nuestro ser percibimos que algo falla, que no es real.
La verdad es que sentimos que nadie nos puede amar porque en realidad ni tan siquiera nosotros somos capaces de amarnos.
Ese vacío solo podremos llenarlo amándonos a nosotros mismos, permitiéndonos ser quienes realmente somos y dejando de ser lo que esperan los demás que seamos.
Aceptarnos plenamente con nuestros defectos y nuestras virtudes sintiéndonos orgullosos de nosotros es el primer paso para alcanzar la tan ansiada felicidad.
Solamente amándonos a nosotros mismos podremos dar amor a los demás porque nadie puede dar lo que no tiene para sí mismo.
¿Y tu qué piensas?
Déjame tu comentario. Me interesa conocer tu opinión.
¿Cuántas veces te dijeron que querer lo mejor para ti era ser egoísta?
¿Sabías que el único problema que tienen los cambios somos nosotros mismos?
Hola, muy cierto lo que dices, siempre sufrí ese vacio, recuerdo mi infancia con tristeza
Enhorabuena Luisa. Ahora que eres consciente de ese vacío ya sabes que solo puedes llenarlo tu si quieres ser feliz y no esperar que lo llene nadie. Gracias por tu comentario.
Tienes mucha razon…!!!!!
Gracias Olivia por tu comentario