La Ley de Atracción y el amor

 

 

La Ley de Atracción dice que atraemos a nuestra vida todo lo que tiene una vibración semejante a la nuestra.

Es por eso que tenemos familiares y amigos que son muy parecidos a nosotros en sus pensamientos, aficiones y manera de ver la vida.

Pero también es cierto que a nuestro alrededor tenemos personas más o menos cercanas, física y emocionalmente hablando, que no tienen nada que ver con nosotros… o eso al menos es lo que creemos.

Si lo que dice esta ley es cierto ¿cómo puede ser que no tengamos nada en común con estas personas?

Tendremos que preguntarnos ¿por qué están entonces en nuestras vidas?

La mayoría de nosotros queremos encontrar una persona especial y sentirnos amados. Es decir buscamos amor.

Y el Universo siempre nos proporcionará lo que nosotros le pidamos aunque nosotros no seamos conscientes de ello.

Pero debemos tener cuidado con lo que pedimos, porque tenemos en nuestra vida todo lo que creemos merecer.

Por lo tanto nos conviene saber primero si lo que estamos pidiendo es realmente lo que creemos que es.

Así cuando hagamos la petición seremos muy concretos y el Universo mediante la Ley de Atracción nos lo proporcionará.

Ahora bien ¿sabemos qué es realmente el amor?

Si lo que buscamos es amor no necesitaremos ir a buscarlo.

El Universo nos proveerá de la persona que necesitemos en cada momento para que logremos encontrarlo.

La Ley de Atracción hará que la persona que nos vaya a mostrar en que consiste el amor, se acerque sin que nosotros tengamos que hacer absolutamente nada.

Siempre será la persona correcta aunque a nosotros nos parezca todo lo contrario.

Y siempre nos enseñará a amar aunque lo que nos esté enseñando a nosotros nos parezca que no tiene nada que ver con el amor.

Si nos sucede esto último no significará que la Ley de Atracción no esté funcionando sino que deberíamos de replantearnos lo que nosotros creemos que es el amor.

Por que la Ley nos proporcionará siempre a la persona correcta para que lo encontremos.

Por lo tanto si lo que tienes crees que no te lo mereces revisa si lo que sientes, piensas, dices y haces están en coherencia.

En este caso también deberíamos preguntarnos: ¿qué es el amor? y ¿dónde lo estamos buscando?

Porque si pensamos que el amor tiene que ver con la posesión nos enviará a una persona celosa.

Si creemos que tiene que ver con necesitar a la otra persona puede que nos envíe a una persona dependiente o manipuladora.

 

 

Si lo buscamos fuera de nosotros, la persona correcta para mostrarnos que el amor no está ahí será otra persona que también esté buscando a alguien de fuera para que le ame.

Si no nos amamos a nosotros mismos la persona correcta será alguien que no nos ame.

Si no nos respetamos lo será una persona que no nos respete.

Así es como funciona el Universo.

Nos presenta lo que necesitamos saber mostrándonoslo a través de otras personas.

Si miras hacia atrás con esta perspectiva y desapegándote de las emociones que te produjeron las personas que han estado en tu vida hasta este momento, sobre todo las más significativas para ti, podrás comprobar como funciona la Ley de Atracción.

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¿Sabías que la persona que ahora está en tu vida es la persona correcta?

 

NADIE ESTÁ EN TU VIDA POR CASUALIDAD

 

 

 

 


¿Nos da miedo la vida?

 

Durante mucho tiempo me sentí desconectada de la vida.

Vivía los hechos que iban sucediendo como cosas que no tenían nada que ver conmigo.

Simplemente sucedían y yo los aceptaba o me enfadaba en función de como me hacían sentir.

El sentirse ajeno a lo que se está viviendo es algo habitual en la mayoría de nosotros.

Nos sentimos como víctimas de las circunstancias.

Si lo que sucede nos favorece decimos que tenemos suerte y si nos hace sentir mal lo llamamos desgracia o mala suerte.

Pero esto no es así. La realidad es que nosotros somos los verdaderos creadores de nuestra vida.

El que no nos sintamos parte de todo lo que nos sucede nos libera del sentimiento de culpabilidad de lo que hacemos o no hacemos.

En el caso de las «desgracias» nos evita el sentirnos causantes del suceso. Pero también nos evita conocer en ocasiones  lo que somos capaces de hacer cuando el suceso se lo atribuimos a la suerte.

Descubrir en qué consiste la vida es uno de los principales motivos por los que estamos vivos.

Pero lo que debería ser una tarea fácil, puesto que estamos vivos y vivimos todos los días y durante muchos años la inmensa mayoría de nosotros, lo convertimos muchos de nosotros, en una enorme carga que arrastramos hasta el día en que morimos y además en algunos casos sin haber sabido en que consiste realmente la vida.

 

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Vivimos en un momento verdaderamente emocionante para la humanidad.

Los avances han sido tantos, tan importantes y en tan poco tiempo en las sociedades avanzadas que el mundo actual sería irreconocible para las personas que dejaron de existir hace apenas treinta años.

Las oportunidades que hoy en día tenemos no se han tenido nunca en la historia de la humanidad. Tenemos tantas comodidades y facilidades que deberíamos de disponer de tiempo libre para disfrutar de la vida.

Pero curiosamente sucede todo lo contrario, queremos hacer tantas cosas y tan bien hechas que sufrimos de estrés… hasta en vacaciones.

Desde mi punto de vista vivimos tan deprisa que nos olvidamos que lo más importante es la vida misma.

Creo que nos da miedo pensar en la muerte y que ese es el principal motivo por el que no ponemos nuestra atención en la vida porque para saber en qué consiste debemos aceptar sin ningún temor que la vida tiene un principio y un final.

¡Pero precisamente por eso es maravillosa!

Pasar por ella sin conocer su sentido es simplemente empeñarnos en hacernos sufrir a nosotros mismos y a los demás inútilmente.

Cuando lo descubrí comencé a ser feliz y a disfrutar de la vida realmente.

Vivir sin miedo nos hace libres y felices.

 

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¿Sabías que podemos hay dos maneras de vivir?

¿VIVES DESDE EL MIEDO O DESDE EL AMOR?

 

 

 


¿Quién es el protagonista de tu historia?

 

En algunas relaciones nos olvidamos de nosotros y damos el protagonismo a la otra persona. Nos pasamos el día pensando si esa persona tiene sentimientos por nosotros y no nos planteamos si verdaderamente nos llena.

Cuando alguien siente algo por nosotros no tiene problema en hacérnoslo notar. Busca cualquier oportunidad para estar a nuestro lado y mostrarnos su interés al igual que hacemos nosotros.

Por lo tanto la duda que tenemos sobre si la otra persona siente o no por nosotros debería de darnos la pista de que algo anda mal.

¿Quizás es que no percibimos que haya un interés real? ¿Somos nosotros los que tenemos que ir siempre mostrando nuestros deseos de estar con la otra persona?

Si esto sucede lo más probable es que ambas partes no vayan buscando el mismo tipo de relación.

Y es en ese momento cuando deberíamos plantearnos quien es el protagonista de nuestra historia, ¿lo es esa persona o nosotros?

En ocasiones vemos el amor como algo que queremos recibir. Queremos ser amados, sentir que el otro nos ama y eso está bien pero deberíamos plantearnos primero si esa persona nos va a ofrecer un amor feliz con el que podamos disfrutar de la relación o si va a ser un motivo de sufrimiento para nosotros.

El planteamiento debería de ser: ¿puedo yo amar a esta persona?

Con lo que voy conociendo de ella, con lo que sé al día de hoy de cómo es y cómo se comporta, con todo eso que yo ya sé y sin cambiarle nada, ¿puedo amarle?

 

 

Nuestro amor no debería depender de si la otra persona siente amor por nosotros o no.

Eso es poner condiciones al otro para darle nuestro amor y el amor no es eso.

El amor es aceptación. Es amar al otro por lo que es y no por lo que nos pueda dar.

Por lo tanto decidir a quién estamos dispuestos a darle nuestro amor se convierte en algo muy importante.

Debería de ser una decisión muy meditada y basada en cómo nos sentimos cuando estamos con la otra persona. Si estamos cómodos y nos sentimos apreciados y valorados o si nos hace sentir incómodos o inseguros.

Tendríamos que ser sinceros con nosotros mismos y no dejarnos engañar.

Nuestro corazón en esto es más inteligente que nuestra mente y cuando siente que la otra persona no es coherente nos lo hace notar. Empieza a hacer que nos hagamos preguntas que nuestro ego intenta contestar a su manera.

Nuestra mente puede empezar a dar explicaciones o disculpas a lo que no es disculpable y podemos vernos envueltos en una relación difícil de la que nos costará mucho salir a pesar del sufrimiento que nos cause.

Recuerda: el protagonista de tu historia eres tú.

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¿Sabías que tras una ruptura amorosa se esconde una gran oportunidad para nosotros?

QUE NOS ENSEÑA UNA RUPTURA AMOROSA

 

¿Quieres recuperar el papel protagonista de tu historia?

 

 

 

 


El secreto para ser feliz

 

 

 

Tenemos que amarnos a nosotros mismos si queremos ser felices.

Es curioso como cuando comento esta frase casi todos dicen amarse así mismos.

Yo antes también pensaba que me quería por los mismos motivos que lo piensan los demás.

Pensamos que nos queremos porque nos proporcionamos cosas materiales: un viaje, un coche, un vestido, una cena con alguien especial, una sesión de spa, vamos al gimnasio, etc.

Creemos que nos amamos cuando nos enfadamos y defendemos lo que nosotros pensamos ciegamente incluso en algunos casos llegando a las manos o a no volver a hablarnos y relacionarnos con alguien que queremos.

Muchos también confunden el amor a los demás con el proporcionarles seguridad y cosas materiales.

Pero el amor no tiene que ver con nada de eso.

El amor tiene que ver con la coherencia. Con pensar, sentir, hablar y actuar de la misma manera.

Con el aceptar al otro tal y como es y por lo tanto aceptarnos plenamente también a nosotros mismos.

Nos esforzamos en conocer al otro. En saber por qué hace, piensa, habla o siente de determinada manera.

Fijamos siempre la atención fuera y evitamos el conocernos a nosotros mismos.

No nos tomamos tiempo para averiguar por qué pensamos, sentimos, hablamos o actuamos así nosotros.

Ignoramos que en muchas ocasiones somos incoherentes y justificamos esas incoherencias pensando que debemos que hacer cosas que nos disgustan a pesar de sentir que detestamos hacerlas.

 

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Nuestros pensamientos crean nuestra realidad

 

Esa es la causa de nuestro sufrimiento y de que no podamos sentir la felicidad que es inherente a todos nosotros y que solo podemos sentir cuando somos coherentes.

Nuestro mayor problema es lo que pensamos sobre como todo debería de ser.

Vemos siempre el peligro de que nos puedan hacer daño fuera y nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos.

Para empezar a estar en coherencia lo primero que debemos hacer es olvidarnos de quienes nos dijeron que somos y descubrirlo por nosotros mismos.

Para ello debemos de abrirnos a la posibilidad de que todas nuestras creencias son solo eso, algo que creemos porque otros nos han inculcado que son realidades inamovibles.

Sentirnos, entendernos y aceptarnos plenamente es el primer paso para empezar a ser coherentes.

Pensar, sentir, decir y actuar en coherencia es amarnos y amar también todo lo que hacemos.

 

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¿Eres consciente de toda la abundancia que hay en tu vida?

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Solo así te podrán amar

 

 

Durante años sentí un vacío en mi vida. Algo que siempre me faltaba. No sabía dónde buscar. Ni tan siquiera sabía que andaba buscando pero me sentía incompleta.

Entonces ignoraba que estaba buscando sentirme amada.

Hay poco que dar cuando uno se siente vacío. Se te pasa la vida intentando llenar ese enorme hueco que nunca llega a estar ni tan siquiera por la mitad.

 

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No podemos amar sin ser generosos

 

Cuando se nos ha aprobado solo en el caso de que hiciésemos lo que se esperaba de nosotros crecemos con miedo y eso nos hace ver la vida desde la carencia.

Buscamos siempre la aprobación de los demás y para conseguirlo nos anulamos.

No decimos lo que realmente pensamos por miedo a que nos desaprueben. Nos ponemos una máscara todos los días y hasta llegamos a creer que somos ese personaje inventado que además parece muy seguro de si mismo.

Lo que de niños hacemos para asegurarnos el cariño de personas adultas significativas en nuestras vidas como poner siempre buena cara , ser «buenos y obedientes» (en otras palabras: reprimir nuestros sentimientos) llega a hacerse un hábito que seguiremos realizando durante toda nuestra vida en todos los niveles en los que nos relacionemos.

Llegamos a meternos tanto en el papel que nos creemos que somos realmente el personaje.

Y mientras nos sigamos empeñando en no ser nosotros mismos nunca seremos amados porque nadie puede amar algo que es falso. En lo más profundo de nuestro ser percibimos que algo falla, que no es real.

La verdad es que sentimos que nadie nos puede amar porque en realidad ni tan siquiera nosotros somos capaces de amarnos.

Ese vacío solo podremos llenarlo amándonos a nosotros mismos, permitiéndonos ser quienes realmente somos y dejando de ser lo que esperan los demás que seamos.

Aceptarnos plenamente con nuestros defectos y nuestras virtudes sintiéndonos orgullosos de nosotros es el primer paso para alcanzar la tan ansiada felicidad.

Solamente amándonos a nosotros mismos podremos dar amor a los demás porque nadie puede dar lo que no tiene para sí mismo.

 

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¿Cuántas veces te dijeron que querer lo mejor para ti era ser egoísta?

 

AMARNOS NO ES SER EGOISTAS

 

¿Sabías que el único problema que tienen los cambios somos nosotros mismos?

 

 

 

 

 

 

 

 


Agradece tu pasado

 

 

Nada sucede por casualidad. Todo sucede por un motivo.

Otra cosa es que nos demos cuenta en el momento en el que algo nos está sucediendo.

Si prestamos atención y observamos las cosas que nos han sucedido con anterioridad,  desapegándonos de las emociones que nos produjeron, descubriríamos que cada una de ellas nos ha aportado algo valioso a nuestra vida. Incluso las que nos han causado el mayor sufrimiento.

Es más, éstas son las que más nos habrán aportado aunque el dolor emocional que sentimos en especial en estas ocasiones será tan intenso que nos será más difícil verlo si no somos capaces de desapegarnos de esa emoción.

 

 

Me he dado cuenta de que todo lo que he pasado ha sido necesario para saber valorar todo lo maravilloso que hay y habrá en mi vida.

Si yo no hubiese tenido las experiencias que he vivido, me hubiese resultado improbable ver la vida como la veo ahora. Ponerme en la piel de personas que estén pasando por lo mismo que yo, hubiera sido imposible. No lo entendería.

Seguramente no me interesaría tan siquiera. Serían otras mis preocupaciones y ocupaciones.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias lecciones que aprender y cada uno tenemos un nivel de conciencia diferente y por lo tanto vemos la vida de distintas formas.  Ninguna es mejor que otra. Todas son las que cada uno de nosotros necesitamos para trascender y crecer al siguiente nivel de conciencia. Todos somos parte de todo y a la vez somos únicos e irrepetibles.

Necesitamos saber quienes somos realmente partiendo cada uno desde donde esté.

 

 

Solamente cuando empezamos a ser conscientes de quienes somos y volvemos la vista atrás todo tiene sentido. Entonces nos damos cuenta de porque han sido necesarias todas esas experiencias.

Es entonces cuando descubrimos el verdadero sentido de nuestras vidas y empezamos a sentirnos en paz con nosotros mismos y con los demás.

Y a partir de ese momento la vida empieza a fluir.

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¿Sabías que para estar en paz contigo mismo tienes que ser coherente?

La coherencia y la paz interior

 

¿Aún crees en las casualidades?

 


¿Sexo o amor?

 

 

Algunas mujeres creen que los hombres solo buscan sexo y no quieren nada serio.

Algunos hombres piensan que las mujeres solo buscan amor y quieren atraparlos.

Yo pienso que las dos cosas son lo mismo. Son los dos extremos de una misma cosa.

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Si trazásemos una línea y a la izquierda pusiéramos el sexo y a la derecha pusiéramos el amor podríamos ver mejor lo que quiero decir.

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Si nos situamos en el extremo del sexo estaríamos hablando de una relación sexual en la que no existiría ningún tipo de sentimientos.

Hablaríamos de un encuentro sexual en el que solo se busca el placer personal aunque compartido con otra persona.

Si nos fuésemos al otro extremo estaríamos hablando del amor puro. El amor ideal casto, inocente y virtuoso.

Sin embargo a medida que el sexo y el amor se fueran acercando desde sus respectivos extremos en el momento en que llegaran al centro estarían equilibrados.

Es decir habría sexo con amor o amor con sexo que es lo mismo… pero sería en el punto en el que el amor de pareja encuentra su estado ideal.

El espacio en el que convergen el amor y el deseo, el sentimiento y el placer.

En ocasiones estarán situados más a la izquierda del centro y prevalecerá un poco más el deseo y en otras se deslizarán un poco más hacia la derecha y predominará más el amor.

Las relaciones de pareja al igual que todas las relaciones y todo lo que existe y es, están vivas y pasan por distintas etapas y momentos.

Y en esta línea fluctúan a mi modo de ver las relaciones.

Ninguna relación es igual ni tampoco se mantiene igual en el tiempo.

Puede que los hombres y las mujeres nos acerquemos a las relaciones desde puntos diferentes de esta línea imaginaria. Pero todos, absolutamente todos, vamos buscando encontrarnos con alguien, con el que podamos llegar y mantenernos fluctuando durante el mayor tiempo posible alrededor de ese punto situado en el centro.

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¿Eres de los que piensan que querer y amar significan lo mismo?

Querer y amar no es lo mismo


El amor feliz

 

He tardado mucho tiempo en tener una idea clara sobre lo que es el amor.

Al igual que la mayoría de las personas cuando especulaba sobre el amor pensaba en el amor de pareja. Lo típico: conoces al hombre de tus sueños, te enamoras, le quieres, te casas y fueron felices y comieron perdices para toda la vida. Fin.

Siempre he pensado que las películas, como los cuentos, se quedaban siempre en la parte más bonita del amor, la pareja después de las odiseas que fuesen terminaban juntos y enamorados y dando a entender que eso era para siempre.

¿Pero que pasaría después de todo eso? ¿Lograrían seguir igual de enamorados después de años de convivir y realmente conocerse? ¿Podrían superar la dura prueba de tener que educar y cuidar de unos hijos? ¿Conseguirían seguir amándose igual?

Pero claro eso había que imaginárselo y la imaginación tiende a idealizar las cosas y en esto del amor aún más.

Resultado de esto: dos parejas estables en mi vida y las dos acabaron en divorcio. Y para ser sincera algún intento más con el mismo resultado desfavorable.

Estaba claro. Tenía mala suerte en el amor. Parecía que me encontraba siempre con hombres que no merecían la pena.

 

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La visión que tenía entonces del amor era una visión infantil o inmadura y este hecho, como luego comprendí, me llevaba a encontrar interesantes a hombres con una visión igual de inmadura.

Recuerdo que llegó un momento en el que pensé: ¿Cómo es que siempre termino con el mismo tipo de hombre? ¿No será que yo tengo algo que ver con esto?

En ese momento comencé a ser pensar que no era posible que todos los “tontos” se cruzaran en mi camino y contemplé la posibilidad de que yo estuviera haciendo algo que atrajera de alguna manera a este tipo de hombres.

Ese fue el principio de todo. Con el tiempo me di cuenta de que cuestionarse que le está sucediendo a uno y abrirnos a la posibilidad de que podamos ser parte del problema te aporta una visión totalmente distinta de la vida.

No nos enseñan a amar. Aprendemos a amar a través de nuestros padres y de las personas importantes en nuestras vidas: hermanos, abuelos, familiares, maestros, amigos, novios, parejas.

Pero todos estos a su vez aprenden a amar de la misma forma.

En algunos casos la enseñanza sobre el amor es la adecuada, nos enseñan el AMOR FELIZ… en otras nos enseñan todo lo contrario: a ser dependientes de la aprobación de las personas que más amamos, pero eso… NO ES AMOR.

Aprender a diferenciar lo que es el amor feliz o verdadero, cuando no se sabe lo que es porque nunca se ha sido consciente de haberlo sentido, puede ser una tarea casi imposible y la barrera más difícil de saltar es la que nos ponemos a nosotros mismos para admitir que lo que pensamos que es amor… en realidad no lo es.

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¿Sabías que amar y querer no son la misma cosa?

QUERER Y AMAR NO ES LO MISMO

 


¿Quieres despertar o prefieres seguir soñando?

 

En ocasiones me había preguntado que sucedería mientras dormimos. Me llamaba la atención la cantidad de tiempo de nuestra vida que pasamos dormidos. Durante todas esas horas no somos conscientes de nada.

Algunas veces  recordaba sueños. En ocasiones eran incoherentes y en otras todo lo contrario. Y entonces me preguntaba por la posibilidad de que todas esas cosas fueran la verdadera realidad y lo que vivimos cuando estamos despiertos fuese algo no real.

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Creo que era mi intuición la que me estaba mostrando esa posibilidad. La que me estaba haciendo que mi mente se abriera, para que pudiera contemplar otras posibilidades. A que me hiciera preguntas sobre mi existencia y lo que hago aquí.

No estaban mal encaminados mis pensamientos.

Dicen que cuando uno está preparado para entender llega el maestro.

Y yo llevaba mucho tiempo haciéndome preguntas y las respuestas han ido llegando a mí a través de muchas fuentes, unas veces han sido libros,  en otras internet, en algunas han sido otras personas, etc.,  pero  sobre todo han estado siempre dentro de mí pero yo lo había ignorado.

Durante años había estado dormida.

Mientras pensaba que estaba despierta, lo que realmente estaba haciendo era participar en un gran sueño que engloba a la gran parte de los seres humanos.

Viviendo en la ilusión de que la vida consiste en lo que me enseñaron que era. Un lugar con unos condicionamientos y unas normas que aprendemos desde muy pequeños y que nos limitan y nos dirigen hacia lo que quieren unos pocos.

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La vida nos ama

Viviendo en el sueño de que la vida es algo material y solo me dará la felicidad todo lo que es externo a mí. Que dependeré de lo que opinen los demás de mí y las circunstancias que viva.

Que yo solo soy algo físico y que la felicidad me la van a proporcionar siempre las cosas que yo pueda comprar y por las que tengo que hacer un esfuerzo y trabajar en algo que no me gusta todos los días para tener dinero y  conseguirlas.

Porque de no querer o poder hacerlo hacerlo voy a ser mal mirado por todos los que están participando en este absurdo sueño que solo beneficia a unos pocos y en el que participamos todos inconscientemente hasta que conseguimos despertar.

Como sucede en las fases de los sueños que conocemos, algunos están profundamente dormidos y otros tienen un sueño más ligero.

Algunos viven sueños, al igual que cuando estamos dormidos, agradables y otros verdaderas pesadillas.

Cada uno vivimos diferentes sueños mientras estamos en la ilusión.

Cuando empezamos a tomar consciencia vamos despertando de ese sueño en el que participamos inconscientemente desde que nacemos y en el que olvidamos quienes realmente somos.

El hacernos conscientes nos dará la capacidad de ser seres individuales y podremos actuar con libertad.

Saber quiénes somos en realidad hará que recuperemos nuestro poder y decidamos por nosotros mismos que vida queremos tener.

Y entonces comenzaremos a sentir lo maravillosa que es la vida.

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Descubre quien eres en realidad


Nadie está en tu vida por casualidad

 

 

No es casualidad vivir situaciones casi idénticas con diferentes personas o en diferentes entornos.

Tampoco lo es que atraigamos a una pareja parecida a pesar de haber acabado con una relación desastrosa y estar deseando encontrar a una persona totalmente diferente en esta ocasión.

Deberíamos de saber que todas y cada una de las personas que se cruzan en nuestra vida son un reflejo de nosotros.

Y estarán ahí para mostrarnos partes de nosotros mismos que no conocemos aún. Nosotros también hacemos lo mismo con esas mismas personas. No necesitaremos hacer absolutamente nada para lograrlo. Solamente ser como somos.

Si las personas de los ejemplos anteriores conociesen  ésto, sabrían que la repetición de las parejas y las situaciones se deben a que no han aprendido lo suficiente aún y que esa repetición, lejos de ser un castigo, es una oportunidad para aprenderla en la siguiente ocasión.

Cuando no asumimos nuestra responsabilidad sobre lo que nos está ocurriendo, en esas y en todas las situaciones que vivimos, y culpabilizamos a los demás de ello, creemos que no tenemos nada que ver con esa persona o situación pues nosotros somos totalmente distintos.

El universo nos muestra de esta manera las cosas que están en nuestro inconsciente y que nos cuesta trabajo descubrir por nosotros mismos.

Y lo hace así, poniendo en todo momento a personas que nos muestran lo que tenemos que descubrir en todas las situaciones que vivimos.

 

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Cada una de ellas  nos lo mostrará de una manera diferente y nos afectará también de distinta forma en función de como sea nuestra relación con ella.

Con las personas que más emocionalmente estemos implicados sufriremos más, cuando las cosas que nos muestren las consideremos negativas y ese sufrimiento irá disminuyendo a medida que emocionalmente nos afecte menos e incluso nada porque no conozcamos a esa persona.

Ocurrirá exactamente lo mismo cuando las cosas que nos reflejen de nosotros mismos las consideremos positivas solo que en estas ocasiones nos sentiremos felices.

Pondré un ejemplo para que quede claro lo que quiero decir.

Supongamos que alguien está viviendo una mala relación de pareja. Se siente infeliz porque su pareja no le trata bien, siente que no le quiere pero le está disculpando constantemente y cree que tal vez sea el o ella misma quien no esté dando lo suficiente en esa relación. Otras veces piensa que su pareja es la culpable de todo lo que está sucediendo y que los problemas que tienen vienen porque la otra persona no sabe convivir y quiere llevar la razón en todo.

Está claro que si alguien está soportando una situación así no se quiere a si mismo y por lo tanto su pareja le está reflejando esta situación con una gran intensidad puesto que se lo está reflejando constantemente para que tome cartas en el asunto y comience a amarse.

Ahora bien, seguramente esta persona no se atreverá a decir lo que realmente siente no solamente a su pareja sino a cualquiera, porque necesitará sentir la aprobación de los demás. Como consecuencia de esto, encontrará en su camino a personas que consigan lo que quieran de ella y sentirá en muchas ocasiones que abusan de su buena fe.

Lo harán además de su pareja, sus hijos, sus padres, sus hermanos, su jefe, sus compañeros de trabajo, sus amigos, sus vecinos y así podemos seguir bajando la intensidad en la que el universo se lo estará mostrando hasta llegar a una persona que se le cuela en cualquier fila que esté esperando y a la que no se atreverá a decir que no lo haga.

¿Podéis imaginar la cantidad de situaciones que se pueden dar todos los días con todas estas personas que he mencionado?  Pienso que serían incontables. Y sin embargo cada una de ellas en su interacción con esa persona le estarán mostrando exactamente lo mismo: QUE NO SE ESTÁ AMANDO A SÍ MISMA.

Esta es la forma en que el universo nos muestra que somos amor.

Daremos amor cuando nos amemos a nosotros mismos mientras tanto lo que estaremos dando no será amor sino que haremos cosas por los demás para que nos quieran y así sentirnos amados.

 

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¿Sabías que las casualidades no existen?

NINGÚN ENCUENTRO ES CASUAL

 

¿Conoces a alguien que esté en una situación así?